El Dr. Frío está sentado en el asiento del copiloto. Avanza por las dunas de un desierto árabe sin nombre. De pronto, señala un claro. El auto se detiene. Frío alza su pistola, la apunta y dispara. En el blanco, ha aparecido un iceberg colosal, un monumento de hielo, incongruente con el asolador panorama. El villano se da la vuelta y espeta: "sólo diles quién lo hizo". Y para sus adentros, sólo piensa si, tras esta buena acción, será capaz de conciliar con tranquilidad el sueño.

Justice, escrita y dibujada por Alex Ross, inicia con un sueño apocalíptico. Columnas de fuego se elevan por las ciudades. La Liga de la Justicia se despliega para salvar a la gente, pero sus esfuerzos son inútiles. El fin ha llegado. Superman, incapaz de salvar otro mundo, asciende hacia el espacio. La Tierra estalla a sus espaldas. Entonces, un golpe los despierta. Un sinnúmero de supervillanos, empapados en sudor, atónitos y estupefactos, han tenido ese mismo sueño una y otra vez. Cada noche, puntualmente, atestiguan la destrucción del mundo cuando hunden la cabeza en la almohada.

Publicada en 12 números entre 2005 y 2007, Justice fue concebida como un enfrentamiento colosal entre La Liga de la Justicia y la Legión del Mal. Los supervillanos, guíados por este sueño extraño, comienzan a realizar actos de bondan a lo largo del planeta. El Dr. Frío lleva agua a Medio Oriente, y con la ayuda de Hiedra Venenosa, consigue crear varios oasis en el desierto. El Juguetero (Toymaker) utiliza sus habilidades para crear prótesis avanzadas para niños discapacitados. Entonces Lex Luthor se dirige al mundo y cuestiona a los superhéroes. "Claro que han salvado al planeta muchas veces" --señala-- "pero ¿de qué sirve salvar el mundo si significa dejarlo como estaba, volver a la misma miseria."

Luthor pone el dedo en la llaga: ¿deben los superhéroes, con sus poderes casi divinos, limitarse a mantenerlo como está; o por el contrario, deberían aprovechar sus dones para hacerlo un lugar mejor? Los villanos no buscan redención: quieren que los héroes sean humillados en su propio juego. Por supuesto, se trata de una emboscada. Mientras algunos se dedican a hacer obras caritativas por todos lados, otra célula se encarga de inhabilitar, uno a uno, a la Liga de la Justicia.

Justice es, en buena parte, una historia que cuestiona la imagen. Los villanos son vistos como héroes, e incluso, han construido ciudades en las que albergarán a los mortales que deseen vivir ahí. En tanto, los superhéroes son denostado, odiados y abandonados. Es la oportuna intervención de las reservas de la Liga --encabezadas por el Capitán Marvel-- quienes logran sacar la cara para salvar la situación.

Alex Ross logra sacar adelante una historia amena, por momentos trepidante. Sin embargo, hacia el final se extrañan algunos giros de tuerca del inicio. Eso sí, el dibujo es impecable, elegante. Sólo por lo visual, vale la pena darle la oportunidad. La trama también viene ver para recordar a otros héroes y villanos de la mitología DC. Me encantó, por ejemplo, el papel protagónico de Gorilla Grodd en el lado de los villanos y el de Zatanna con los héroes. Justice puede leerse como una historia común de bien contra el mal, pero también vale como un pequeño recorrido enciclopédico, ideal para introducir a lectores nuevos. Si el sueño de la razón engrendra monstruos, el de los malvados nos regala una aventura fantástica.

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