Convierten la trompa de un Mini Cooper en un increíble estación de juego. Mejor estilo no se puede tener, es de esos caprichos que difícilmente nos podríamos complacer pero que soñamos con tener.

La silla ha sido diseñada por David Gawthorpe y sin duda será capaz de captar la atención de los más exigentes. Gawthorpe ha incluido en ella lo que todo lo flojo, perdón, verdadero gamer necesita: una nevera, un sillón que vibra coordinado con los efectos de sonido, una Xbox 360, juegos de láser y un par de buenos amplificadores. Sí, pensamos lo mismo, un sueño hecho realidad.

La veo como una verdadera maquina para divertirnos, además de jugar podemos ver películas e inmiscuirnos en la acción del juego o la película que estemos viendo ya que interactua bajo los efectos del sonido y nos dará una buena sacudida cuando las cosas se pongan fuertes. Desde el mismo lugar podríamos tener efectos pues cuenta con un equipo remoto para lanzar humo, una nevera con dock para iPod y amplificador de 500 vatios de salida.

La mala noticia -como siempre- es el precio, nos costaría $13.000 cumplirnos este caprichito. Sería genial si la diversión fuese doble y se incluyera el asiento de copiloto.

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