Wikileaks anunció hace unos días que buscaría más socios para lograr una distribución más eficiente de sus cables y en respuesta a la frustación de no poder publicar con más frecuencia su información. Recordémos que Wikileaks filtró por primera vez los documentos originales de ACTA y esta vez, en colaboración con La Quadrature du Net, revelan la historia y motivaciones detrás del acuerdo.

Los cables filtrados afirman una vez más el origen anti-democrático y por tanto inaceptable de ACTA. Si bien es cierto que las medidas que pretende implementar este acuerdo son extremas, sólo favorecen a grandes monopolios intelectuales y abren la puerta para que los países implementen legislación para controlar al internet, una razón que no recibe mucha atención y es quizá de las más importantes para exijir el rechazo, es su deplorable proceso de negociación.

La Quadrature du Net publicó el día de ayer un análisis de once cables que provienen de las embajadas de Tokyo, México, Roma, Lisboa y Estocolmo relacionados con ACTA. Los detalles que se ofrecen no son relevantes a nivel contenido, el texto final ya es público, pero por ejemplo ayudan a entender cómo es que Estados Unidos exporta su agenda de criminalización de la cultura y el conocimiento a los países en desarrollo para poder proteger a un selecto grupo de propietarios de derechos de autor.

Es sabido que el concepto de ACTA es una fabricación de la USTR de los Estados Unidos, sin embargo, además de crear un supuesto estándar de oro para proteger titulares de derechos, los cables muestran que su objetivo real es combatir los problemas de la propiedad intelectual de interesantes economías de países que Estados Unidos considera tercermundistas según estos cables diplomáticos: China, Brasil y Rusia.

El primer invitado fue Japón ya que Estados Unidos conocía su interés por incrementar las protecciones a derechos de autor en su régimen de propiedad intelectual, pero dejaron claro que este acuerdo requería posibles modificaciones a sus leyes. El siguiente paso fue reclutar a países en vías de desarrollo para legitimizar su cruzada. Marruecos y Jordania ya tenían tratados de libre comercio con Estados Unidos por lo cual fué fácil incorporárlos.

El filósofo y teórico social Roberto Mangabeira Unger --quien estuvo a cargo del proceso de innovación institucional de Brasil durante el gobierno de Lula--, publicó recientemente un estudio crítico acerca del libre comercio titulado Free Trade Reimagined: The World Division of Labor and the Method of Economics. El autor muestra muchas de las deficiencias democráticas que caracterizan a tratados como ACTA y explica el peligro de incluír en tratados de libre comercio a la propiedad intelectual, ya que bajo la fantasía de perseguir el desarrollo y la innovación dentro de un marco económico determinado, el resultado es mantener a países en desarrollo en el retraso y cancelar su libertad de buscar, crear y experimentar con alternativas de propiedad social y privada que les permita explotar sus muy particulares contextos y fortalecer sus democracias.

Obviamente a organismos como el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial no le interesa beneficiar a su país sino a un grupo específico. De acuerdo al cable 07MEXICO6229 por el contrario de lo que el director de esa institución declaró ante el Senado, México no fue invitado sino que pidió explícitamente se le considerara para participar en ACTA y así colaborar con Estados Unidos para remediar los esfuerzos de Brasil para dañar a los derechos de propiedad en la industria farmacéutica. Casualmente en 2007 --año en que se emitió este cable-- Lula da Silva quebró la patente de Merck de un medicamento para tratar el VIH.

Resulta especialmente penosa la actitud de los oficiales mexicanos que además ofrecen promover máxima protección global a derechos de autor y patentes.

Gracias a estos cables ahora es posible entender el por qué del miedo de la industria mexicana a Wikileaks, no olvidemos que en la última consulta pública de ACTA que ofreció la Sra. Gilda González del IMPI, la MPA México pidió que ACTA pudiera utilizarse para bloquear a sitios como Wikileaks. Claro, ¿quién quisiera que la sociedad mexicana comprobara que IMPI es sólo un perrito faldero de la USTR de los Estados Unidos trabajando para facilitar intereses privados y extranjeros?

En lo que se refiere a Europa, la preocupación de Estados Unidos era integrarlos al grupo aún sabiendo que sería problemático negociar indicadores regionales, es decir, el champagne, el caviar, el queso camembert.

Los cables sugieren el surgimiento de problemas debido a que los países miembros de la Unión Europea tienen opiniones divididas en cuanto al tratado y sobre todo, el papel que desempeña la Comisión Europea en las negociaciones. De acuerdo al cable 08ROME1337, titulado "El gobierno de Berlusconi y los derechos de propiedad intelectual", el negociador italiano Fabrizio Mazza afirmó que ACTA es un TRIPS de facto para muchas naciones europeas y sería solo una cuestión de tiempo que se dieran cuenta de esta actualización al TRIPS. ¿Acaso pretendían que nadie se diera cuenta?

Finalmente el cable 09STOCKHOLM736, que por cierto ya había sido publicado por The Guardian, refleja cómo el secretismo se convirtió en un problema para los negociadores mismos y finalmente provocó que el público internacional cuestionara la legitimidad del acuerdo.

En vísperas de las consultas públicas con industria y ciudadanos en México y las votaciones al respecto del Parlamento Europeo, estos cables llegan a buena hora para solidificar los argumentos en su contra. Como puntualiza La Quadrature du Net, estas negociaciones tienen responsables y los gobiernos involcrados en ACTA tienen que hacer que ésos representantes no electos, rindan cuentas.

Ahora esperemos ver con que otras mentiras nos salen los integrantes del casino ACTA para justificarse. Mientras tanto legisladores europeos y mexicanos: entiendan finalmente que no hay justificación alguna para ratificar este acuerdo.

Lo que empieza mal, termina mal.