Es increíble como la realidad y la creatividad de los seres humamos golpe y golpea las ideas retrogradas, de aquellos que ven en una oscura LEY, el futuro del cine, la música y los libros. El progreso se encuentra más en Kickstarter, que en la mente maquiavélica de una ministra de cultura.

La historia es muy sencilla, y te demuestra en tiempo real (todo esto ocurre en este preciso momento) una de las formas que tienen los nuevos cineastas para lograr financiar su película o parte de ella. Si lo que haces es bueno y honesto. Si hay pasión en el proyecto y calidad, vas a encontrar el dinero.

No estamos hablando de las tradicionales subvenciones de los estados para hacer un cine aburrido que nadie ve. Es la apuesta de las personas por algo que refleja nuestras identidades. Viene un director y quiere hacer una película que refleje mi ciudad, mi barrio, mi día a día y tengo 25 dólares que puedo darle, sin causarme un problema económico, voy y se los doy. Eso si, que la forma de entregarle mi aporte sea sencilla y obtenga algo a cambio: sus gracias, una copia del DVD, una entrada al estreno, la posibilidad de ser un extra en su próxima película, un poster autografiado, etc. Es el poder de la red, el poder de la distribución de los recursos, es el poder de la vaca (no como se diga en tu país a la milenaria costumbre de comprar una caja de cervezas entre los amigos, con las pequeñas contribuciones de cada uno de ellos, en Venezuela eso es una vaca). Es el poder de unir nuestras fortalezas individuales, unir nuestras pasiones y hacernos participe de un proyecto gigante, con nuestro pequeño aporte. El poder de la suma.

Si están un poco perdidos, mejor les cuento la historia... Había una vez un chat en Gtalk. Hablando con mi amiga Patricia Alfaro de Costa Rica me envía el enlace al video que está justo aquí abajo, voy lo veo (al igual que tu en este preciso momento):

La película "El Regreso" necesita de nuestra ayuda. Ese es uno de los mensajes del video que acabas de ver. Pero hay mucho más. Para mi fue un momento increíblemente agradable. Ver la pasión de un director de cine por contar sus historias, y buscar alternativas de financiamiento que un pequeño país niega a los creadores, sea por falta de industria o por falta de un gobierno con recursos o visión. Así que fui directamente a su página en Kickstarter y me llevo la sorpresa del siglo al ver que en apenas 3 día se ha recaudado más del 70% de lo que se necesita para finalizar la película.

A la mierda la Ley Sinde, alguien que le diga a Alex de la Iglesia donde tiene que pedir el dinero para su próxima película. Al público, a los fans, crear un movimiento, que todos participemos. El dueño de una película no es ni el director, ni el estudio, es el espectador en esas dos mágicas horas que pasa frente a la pantalla. No es de nadie más. Sin espectadores la película no es de nadie. Es un objeto que no se mueve, es una roca. Y si el cine es nuestro, no es una idea loca que podamos participar.

Me gustaría tener tanto dinero para poder colocar US$10.000 en está película. Pero como tengo un hijo que alimentar y pagarle entradas al cine, voy y colaboro con 25 dólares, que sumados con los que tu vas a colocar son 50 más, y si le pasas a un primo u hermano este post, podemos llegar a 75 o a 100 o a 1000.

Ha llegado la hora que los espectadores salgamos en los créditos finales.

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