Hay muchas imágenes submarinas y muchas veces parecen repeticiones del mismo motivo, pero las imágenes de David Doubilet tienen la magia de sorprendernos como si fueran sueños en los que nos perdemos en las profundidades del océano.

David Doubilet comenzó a observar el fondo marino siendo niño. Pequeño y asmático encontraba tranquilidad con la cabeza metida en el agua en el lago Adirondack: “Me gustaban los peces, me gustaba la luz. Estaba enganchado simplemente en ver la luz bajo el agua”.

Sus primeros experimentos de fotografía submarina combinaron una máscara de buceo y una bolsa de anesteciología que su padre le trajo del hospital, pero la calidad de las imágenes dejaba mucho que desear. Pronto encontró un artículo acerca del fotógrafo marino Jerry Greenberg que relataba como fabricó un caja sumergible para una Argus C3, máquinas baratas que se encontraban fácilmente en tiendas de segunda mano. Como su sistema no tenía muchas opciones para ajustes tuvo que usar film en Blanco y Negro puesto que perdonaba mucho más los errores y podía ser trabajada en laboratorio con más facilidad. Con quince años empezó a ganar premios internacionales y en la universidad en lugar de estudiar biología marina como todo el mundo sospechaba decidió darle mayor fuerza a su pasión y estudió Cine y Televisión.


Pero él era alguien en que la imagen inmóvil le decía más que las imágenes en movimientos, y su pasión por la fotografía submarina lo llevó a trabajar con National Geographic y convertirse uno de los más importantes fotógrafos submarinos.

Imagínense cómo era este tipo de fotografía cuando él comenzó. Hoy en día tenemos cámaras digitales a color con interminables opciones y almacenamiento. En su época con su primera caja submarina, la Rolleimarin, sólo tenía un lente y permitía una única imagen: Una imagen cuadrada a media distancia con 12 fotos por negativo y alumbrado por flash de bombillas. El proceso de cambiar el rollo significaba salir a la superficie y perder un valioso tiempo, por lo que cada escena debía estar bien pensada o sumergirse llevando múltiples cámaras.

Acerca de sus equipos actualmente, él es un fotógrafo Nikon y las cámaras que usa son las D2X, D3 y D3S. Su caja submarina preferida es la Seacam y para ilumanación utiliza Sea & Sea la YS-250 y la YS-110. Pero sin importar cual es el equipo que uno cuenta, aunque sea una máquina sumergible desechable, la fotografía marina tiene algo que nos transporta a un mundo lejano y nos hace ver la luz y el color con otros ojos.

Via: Alertdiver