Twitter y oficina son una combinación peligrosa. Si no se saben usar con sentido común, nos puede acarrear varios problemas. Sin embargo, bien empleado, puede ayudarnos a mejorar nuestro trabajo -- o simplemente, hacerlo más llevadero. Aunque muchos jefes lo ven como una completa pérdida de tiempo, también hay maneras de sacarle jugo a la herramienta. Aquí unos consejitos sacados de la experiencia propia para tuitear desde el trabajo sin morir en el intento:

1. Sea consciente del tiempo

La gran razón por la que muchos jefes ven a Twitter como una pérdida de tiempo es porque, en efecto, no solemos ser muy conscientes de las horas que nos pasamos pegados a la red. Algunas empresas incluso bloquean el servicio para evitar que el trabajador se distraiga. Si tiene la oportunidad de usar Twitter en la oficina --sea desde su ordenador o un dispositivo móvil-- procure no distraerse. Utilícelo como para compartir alguna idea, obtener información o darse un respiro, pero no descuide su trabajo. No hay razón para que Twitter no sirva como un complemento laboral.

2. Siga a gente relacionada con lo que hace

La gran fuerza de Twitter radica en establecer redes. Siga a gente que se dedique a una actividad similar a la suya. ¿Cómo encontrarlos? Hay muchas maneras: pida alguna referencia, búsquelos en los contactos de otro usuario, o métase en alguna discusión temática. Claro está que esta acción es al gusto: hay gente que no quiere ver nada relacionado con su trabajo cuando está en Twitter, y eso es muy respetable. Sin embargo, le recomiendo que no cierre esa puerta. Muchas veces hay proyectos en algún timeline ajeno esperando a que alguien se anime a participar.

3. Pida (y dé) consejos

Pregunte. Cuando tenga una duda sobre algún proceso en el trabajo, necesite algún dato o quiera conocer la impresión sobre algún tema de su trabajo, no dude en consultar al colectivo. Mucha gente nos sigue porque trabaja en el mismo ramo que nosotros, así que hay posibilidades de que algún seguidor nos dé una respuesta. Como la comunicación es en dos vías, también es bueno que responda si de pronto encuentra a otro colega en apuros. También, si ha cometido algún error en el trabajo, es buena idea compartir la experiencia para que no le suceda a alguien más.

4. No insulte a su competencia

Nunca, nunca, nunca, insulte a su competencia. Hace unos años, trabajando en una revista, subí a mi blog una burla sobre otro sello editorial. Esa entrada me ocasionó muchos dolores de cabeza en con mis jefes y con la otra empresa. Hay que ser responsables de lo que se dice, así que lo mejor es guardarse los insultos y vituperios contra la competencia. Ojo, no quiere decir que no se pueda denunciar alguna mala práctica o abuso de un tercero: lo que no se vale es sobajar a otros desde nuestra posición. Recuerda la regla de oro: no decir nada en Internet que no dirías de frente.

5. Tampoco insulte a su jefe

Insultar al jefe en Twitter es una acción muy poco inteligente. Es el equivalente a hablar a las espaldas, y eso a nadie le gusta. Como dije hace unas semanas, hay formas más elegantes de quejarse sin necesidad de exponerse. Si tiene algún problema con su jefe, háblelo directo con él o escríbale un correo electrónico. Insultarlo en la red quizá sea un buen bálsamo temporal, pero a la larga, puede desgastar su relación laboral. Mi consejo es que canalice la ira en algún tweet impersonal, sin señalar a nadie, y convierta su enojo en la risa de alguien más.

6. Haga listas relacionadas

Una buena manera de apoyarse en Twitter para el trabajo es haciendo listas. Por ejemplo, yo tengo que realizar un monitoreo de medios constante, así que me armé mi lista con varios periódicos para facilitarme el proceso. También puede agrupar expertos en su tema en otra lista para tener sus opiniones a la mano. Incluso puede armarse una con sus colegas del trabajo, sea para no mezclarlos con los demás seguidos en el timeline o simplemente para conocer una faceta más personal de la gente con la que compartimos nuestra labor.

7. Presuma su trabajo (pero no haga propaganda)

Comparta lo que hace. Una foto de su oficina, una captura de pantalla, algún dato interesante. Si se siente orgulloso de lo que realiza, presúmalo con los demás. Claro, es importante no abusar, pero de vez en cuando no sienta mal ver lo que hacen otros en su día a día laboral. Eso sí, es muy importante que la empresa no lo convierta en un portavoz obligado. Twitter es su espacio personal, así que no lo pueden forzar a promocionar algún producto de su empresa o a emitir una opinión sobre alguna actividad laboral. Si va a hablar de su trabajo, para bien o para mal, que salga de su propio criterio. No venda su cuenta.

Espero que estos consejos les sirvan un poco. Recuerden que pueden seguirme en mi cuenta personal (@padaguan), y no olviden darle follow a ALT1040 para mantenerse al tanto de lo más nuevo en el blog. Igualmente, pueden darse una vuelta en las listas de Hipertextual (@hipertextual) para seguir a los blogueros de cualquiera de los sitios de nuestra red. ¿Tienen más consejos? ¡Vengan los comentarios!

Imagen (CC) Scott Beale / Laughing Squid

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