Es curioso como un pequeño fallo puede terminar desencadenando la mayor de las tempestades. Fueron muchos los que, entrado el nuevo año, terminaron abrazando el colchón más tiempo del debido por un conocido bug que enmudecía cualquier nueva alarma programada (en su día también afectó a las recurrentes, sólo que retrasándolas una hora).

Poca o nula repercusión tuvo el inconveniente, al fin y al cabo no somos nadie, ciudadanos de a pie con los ojos legañosos, pero la cosa cambia cuando a quien se le pegan las sábanas es a un jugador de Los Ángeles Lakers. Mayor trascendencia aún cuando le ocurre a más de uno y ya el acabose si dicho incidente provoca no sólo retrasos en los entrenamientos, sino también menor rendimiento en la cancha, durante partido oficial.

Compungido y somnoliento Pau Gasol se presentó ante Phil Jackson, explicando que su iPhone no se había encargado de despertarle a la hora convenida. Esto aún habiéndose solucionado el error (ahora hipotéticamente) tras la actualización del pasado día 3. El español y otros dos más (Luke Walton y un tercero de incógnito) terminaron pagando las consecuencias de algún torpe desarrollador de Palo Alto.

Los Ángeles Lakers perdieron su cuarto partido de los últimos seis ante los Grizzlies de Memphis el pasado domingo. No nos aventuraremos a asegurar que haya relación entre la derrota y el descompasado reloj biológico de los jugadores, pero medios como ESPN sí que lo hacen sin tapujos, alegando jocosamente que ahora se entiende por qué Gasol jugó todo el partido "como si estuviese dormido".

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