Los Angeles Times reporta que el gobierno de Estados Unidos está considerando solicitar la extradición de Julian Assange bajo el cargo de espionaje. El procedimiento marcaría una prueba durísima para la Primera Enmienda, ya que se cuestionaría si la libertad de prensa se extiende hacia un sitio web con audiencia global. Cabe recordar que el fundador de WikiLeaks se encuentra recluído por las autoridades británicas, después de que este lunes martes se entregara voluntariamente en una comisaría para enfrentar una audiencia por el delito de violación que le imputa la justicia sueca.

Philip J. Crowley, vocero en jefe del Departamento de Estado, señala que la razón para pedir su extradición es porque la liberación de 250 mil documentos clasificados es un crimen bajo la ley de Estados Unidos. Los fiscales preparan todo el arsenal contra Assange, ya que también le acusarían de otras infracciones, como la recepción de material robado. Sin embargo, la extradición del fundador de WikiLeaks no se daría hasta que Suecia (país donde se le juzga por violación) se asegure que Julian no encarará la pena de muerte, sentencia que Estados Unidos sí contempla para culpables de espionaje.

Paradójicamente, la justicia sueca puede ser la mejor barrera de protección de Assange. El gobierno de Estados Unidos debe llenar una forma en la que aclare detalladamente con qué cargos se justifica su traslado. La acusación deberá ser muy específica y se necesita de evidencia que fundamente que se violó el Acta de Espionaje, la cual tipifica que comunicar información secreta del gobierno que pueda dañar la seguridad nacional es un crimen. Sin embargo, Estados Unidos se ha mantenido al margen de perseguir a periodistas que revelan estos secretos, ya que se encuentran amparados bajo la Primera Enmienda. Todo se reduce a debatir en la Corte si se considera a Julian Assange un periodista o no.

Jeffrey H. Smith, antiguo consejero de la CIA, ve altas probabilidades de que la extradición pase, ya que para el gobierno de EE.UU, las acciones de Assange no corresponden "a las de un periodista responsable que disfrute la protección de la Constitución, [sino que] él solicitó a la gente que cometiera un crimen al enviarle información clasificada". La controversia legal apunta a que el gobierno quiere que se castigue a quienes filtan los documentos, no necesariamente a quienes los publican. Bajo estos argumentos, parece sólo cuestión de tiempo para que Julian Assange deba comparecer ante la justicia de Estados Unidos, en un caso cuya resolución (positiva o negativa) cambiará definitivamente la forma en que se entiende la libertad de prensa en la casa del Tío Sam.

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