Éste es el llamativo eslogan que desde una asociación británica han elegido para denunciar algo que cada vez es más evidente: la censura, antaño practicada por las dictaduras, cada día es mayor y los fotógrafos ven recortados sus derechos y libertades en beneficio no se sabe muy de qué.

Ya hablamos en este mismo blog sobre leyes absurdas que rodean al mundo de la fotografía o sobre la persecución de que podemos ser objeto si tenemos la mala fortuna de ser descubiertos fotografiando un evento sin pertenecer al gremio. Hoy he recordado una noticia que vi a lo largo de este año y que comparto con vosotros:

la TAS es la encargada de garantizar la seguridad en los medios de transporte de los Estados Unidos y no tuvo mejor idea que colocar por los aeropuertos un cartel en el que se ve a una persona haciendo fotografías a los aviones. El mensaje del cartel dice así:

No dejes que nuestros aviones caigan en las manos equivocadas. Si te parece cuestionable, informa de ello. Llama a las fuerzas policiales locales. Llama al director del aeropuerto.

Deberían conocer, estos señores, que hay toda una comunidad de aficionados a la fotografía de aviones y que se hacen llamar planespotters, comunidad a la que han insultado públicamente. Después de la metedura de pata y obligados por el enorme revuelo generado se han visto obligados a explicarse pero el daño ya está hecho. Ahora cada vez que uno de estos fotógrafos saque su cámara frente a un aeropuerto se verá inmediatamente rodeado por las fuerzas de seguridad porque ahora somos nosotros, los fotógrafos, seamos aficionados o profesionales, quienes estamos en el punto de mira. Ver para creer, ¿qué será lo próximo?.

Más información: photographernotaterrorist

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