Una de las primeras cosas que me llamó la atención de la fotografía fue un misterioso efecto donde algunas partes de la imagen se veían muy bien, muy claras y otras partes aparecían borrosas. En ese momento no sabía cómo se llamaba ese efecto, como ocurría ni mucho menos tenía idea que era posible controlarlo. Aún recuerdo lo fascinado que quedaba cuando con mi pequeña compacta lograba ese efecto. Justamente era la que observamos en la fotografía que acompaña a este artículo, y que como muchos ya sabrán se llama: Enfoque selectivo.

El enfoque selectivo es una técnica muy usada en fotografía, y básicamente consiste en mantener enfocado un área de la escena (puede ser el sujeto o el objeto de nuestra fotografía), y desenfocar lo que le rodea. Esto produce un poderoso efecto visual que atrapa la atención del espectador en la zona que se encuentra perfectamente enfocada. Todo buen fotógrafo hace uso de este recurso artístico, ya que le permite un mayor control sobre el contenido y la interpretación final de la fotografía.

Conceptos como Bokeh y profundidad de campo (Depth of Field, DoF), están íntimamente ligados a la técnica de enfoque selectivo, donde la profundidad de campo es el elemento que intentamos controlar para obtener ese efecto desenfocado, o dicho de otra manera, el enfoque selectivo se vale de una reducida profundidad de campo. Aquí es importante recalcar que, profundidad de campo y enfoque selectivo no son lo mismo, entiéndase que el segundo es consecuencia del primero.

Generalmente para la fotografía de paisajes, es preferible una amplia profundidad de campo para abarcar todos los detalles con nitidez en todas las zonas de la fotografía. No obstante, en casos como el retrato, la fotografía del detalle, fotografía macro y muchas otras ocasiones suele ser preferible una profundidad de campo reducida para que sólo aquello que interesa al fotógrafo aparezca nítido.

El proceso de enfoque está desvinculado del encuadre, es decir, una cosa es lo que se encuadra y otra muy distinta es lo que se enfoca dentro del encuadre. El fotógrafo decide primero el encuadre y después enfoca aquello que le parece más conveniente, lo cual no ha de coincidir forzosamente con el centro del encuadre, o más bien, estará alejado del centro tal como te lo hemos explicado antes.

Así que con esto que te hemos comentado en mente, puedes salir a experimentar y mostrarnos tus resultados.

Foto: Aditya Grandhi

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