Cómo no perder una oportunidad de foto (I)

¿Cuántas veces nos ha ocurrido que hemos visto una escena maravillosa y no hemos podido fotografiarla?. Nada es más frustrante que ver un gran momento para fotografiar y perder la oportunidad de hacerlo. He perdido grandes momentos, ya sea debido a los plazos, o peor aún, por la falta de preparación. Esto es algo que a muchos nos ha sucedido, y seamos honestos nos seguirá ocurriendo, pero lo importante es tratar de minimizarlo y poder detener en el tiempo esas magnificas escenas que quizás ocurren una vez en la vida.

A continuación les voy a mencionar una serie de recomendaciones para que cada vez sean menos los momentos que no logramos capturar, sin embargo, creo que la principal de estas recomendaciones es: Nunca salga sin su cámara. Ademas les comentaré un poco de lo que ha sido mi experiencia personal en cada una de las situaciones descritas.

Tener una bolsa que nos permita rápido y fácil acceso a nuestra cámara. En algunas ocasiones lo que hace la diferencia entre obtener una gran fotografía o perderla es la bolsa que estemos usando para contener nuestra cámara, y es que justamente de acuerdo al tipo de bolsa será más rápido o más lento sacar nuestra cámara. La otra alternativa es mantener la cámara fuera de la bolsa, pero sabemos que esto no siempre es posible. Cuando compre mi primera réflex los chinos de la tienda me “regalaron” una pequeña bolsa que me permitía tener mi cámara y un par de objetivos dentro de la misma, pero era incómoda para abrir y cerrar y también para cargar, puesto que la llevaba al hombro y muchas veces resbalaba. Conclusión: Protegía muy bien mi réflex pero no era práctica para el transporte. Actualmente me sirve para guardar algunos objetivos y mantenerlos protegidos. Actualmente mi bolsa para salir a la calle es una Lowepro Slingshot 200 AW, la cual tiene un diseño y tamaño excelentes, lo que me permite un cómodo transporte de mis equipos y un muy rápido acceso a la cámara.
Tener la batería completamente cargada y una batería adicional. Es muy fácil olvidar cuanto tiempo hemos estado usando una batería y que el estado de carga de la misma no sea el más óptimo al salir. Además no todas las cámaras nos indican cuantos disparos restan con la carga que se posee en la batería, más bien, nos indican de manera gráfica la cantidad de carga y es muy difícil estimar cuanto nos durará esta. Poner a cargar la batería el día antes de salir es lo mejor que podemos hacer para estar seguros, y además poseer siempre una batería adicional es prácticamente uno de los accesorios que siempre debe haber en nuestra bolsa, si ya hemos gastado gran cantidad de dinero en el cuerpo y objetivos de nuestra cámara, nada mejor que regalarnos un poco de seguridad y tener una batería extra. Lo anterior lo aprendí en mi época cuando solo usaba cámaras compactas y muchas veces me quedaba sin batería en mitad de una salida, realmente frustrante. Actualmente mantengo un grip conectado a mi réflex lo que me permite usar dos baterías simultáneamente y lo que me da una gran autonomía de trabajo, sin embargo, dentro de mi bolsa hay dos baterías adicionales como respaldo para emergencias.
Mantener limpio el objetivo y el sensor. Parece bastante obvio, pero mantener nuestro objetivo limpio nos garantizara que no arruinaremos las fotos con manchas y que en todo caso no será necesario corregir este problema en post procesado. Hacerlo bien desde el principio. En este particular tampoco debemos convertirnos en obsesivos de la limpieza, sencillamente con un poco de cuidado garantizaremos que se mantenga limpio nuestro objetivo. Para limpiar mis objetivos tengo siempre en mi bolsa una pequeña toalla de microfibras (que también sirve para limpiar monitores) y un Lenspen que lo considero la mejor herramienta para limpiezas rápidas pero efectivas. En cuanto a mantener limpio el sensor, este es un asunto muy delicado, y tuve una mala experiencia que no quiero recordar, pero recomiendo dos cosas: • Colocar la cámara boca abajo cuando cambiemos el objetivo, esto hace más difícil que caigan partículas de suciedad dentro de la misma. • Evitar cambiar el objetivo en ambientes hostiles, es decir, donde haya demasiado polvo flotando y en playas, por ejemplo.
Verificar las tarjetas de memoria. En primer lugar debemos asegurarnos que llevamos nuestra tarjeta de memoria, lo mejor es verificar que está colocada en la cámara, y luego debemos constatar que posee suficiente espacio libre disponible, no vaya a ser que aún tenemos fotos sin descargar de nuestro última salida fotográfica. La costumbre de descargar y limpiar sus tarjetas después de cada salida ayudará a asegurar que siempre tenga el máximo espacio disponible. Si, esto me ha ocurrido y me he sentido como el más grande de los tontos, no poder hacer fotografías de algo sensacional porque olvidé vaciar mi tarjeta de memoria. Como les he mencionado antes, actualmente solo disparo en RAW y esto consume mayor cantidad de espacio en mi tarjeta de memoria, pero si la situación lo permite (esto queda a criterio propio en función de lo que se está fotografiando y cuanto post procesado tengamos en mente), entonces una solución para aprovechar el poco espacio que nos ha quedado es disparar en JPEG. Sin embargo, la solución a lo anterior es lo que les dije, acostumbrarnos a bajar las fotografías a nuestro computador luego de una salida fotográfica y vaciar (formatear) la tarjeta de memoria. En mi caso particular, lo veo muy similar al caso de las baterías, si hemos invertido tanto dinero en nuestros equipos fotográficos, regalarnos una tarjeta de memoria adicional, aunque sea de menor capacidad, nos salvara el día en muchas oportunidades. En mi cámara siempre va colocada una tarjeta de 16Gb y en mi bolsa guardo una de 4Gb.