Para nadie es un secreto que México vive una de las situaciones más violentas de su historia. La guerra abierta en entre el gobierno local y los carteles de la droga han dejado muchas víctimas en el fuego cruzado. Una avalancha de secuestros, balaceras y robos están a la orden del día, especialmente en puntos como la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez. Por esta razón es que en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se han puesto creativos para ayudar a los afectados, y han desarrollado un programa que utiliza simuladores de realidad virtual para tratar el estrés postraumático en víctimas de la ola de violencia.

De acuerdo con Georgina Cárdenas, directora del Laboratorio de Enseñanza Virtual y Cibersicología, esta tecnología se utiliza desde algunos años en México para el tratamiento de fobias. La dinámica es muy simple: se coloca al paciente en una situación que simula cuál es su terror, y con la compañía de un psicólogo, se va superando la experiencia traumática. En el caso del tratamiento clínico de la violencia funciona de manera muy similar. El simulador muestra diferentes escenarios para repetir el suceso. Entre las situaciones que se maneja actualmente se encuentra una persona manejando (el paciente) que es repentinamente emboscado; u otra en la que el copiloto es asesinado en una ráfaga de balas.

No es la primera vez que se utilizan simuladores de realidad virtual para el tratamiento de estrés postraumático. Por ejemplo, en noviembre de 2008, el gobierno de Estados Unidos autorizó el uso de un videojuego como parte de una campaña de previsión contra el suicidio en soldados que habían participado en la invasión a Irak. El simulador desarrollado se convirtió en una heramienta psicológica que permitía la recuperación de los efectivos:

Los usuarios del [juego de] video interactivo observan un drama desplegado en pantalla y entonces toman decisiones que afectan el resultado de los personajes. En un escenario, Norton [el personaje principal] recibe una carta de [un amigo suyo], y luego una bomba en la carretera mata a su amigo, desencadenando una serie de eventos que requieren que los jugadores tomen decisiones para el personaje principal. Los jugadores que repetidamente escogen contactar a sus compañeros soldados o a los miembros de su familia tienen un final feliz. Los jugadores que optan – en sus personajes – por no decirle a nadie sobre sus problemas conducirán al juego hacia un final triste.

Siempre es de aplaudirse que se utilice la tecnología para fines sociales. Además, el potencial de los simuladores para diferentes terapias es muy extenso. Otro de los rubros en los que está trabajando la UNAM es recrear escenarios de violaciones, ya que la violencia de género es uno de los problemas más graves del país. Se toman situaciones cotidianas (por ejemplo, un marido que golpea a su esposa lleva una falda muy corta) para que el paciente se vea reflejado y pueda ser tratado. También se está trabajando en la prevención de la obesidad, a través de la terapia para comedores compulsivos, a quienes se les muestra un banquete en el escenario y deben aprender a comer de forma moderada.

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