La Wikipedia es la herramienta salvadora de muchos bloggers y periodistas. Si hace falta hacer referencia a algún acontecimiento histórico o algún tópico desconocido, basta una leída rápida a la enciclopedia para tener un buen trasfondo. Sin embargo, también se corre el riesgo de trivializar los temas o darles un tratamiento meramente superficial. Este vicio periodístico, aparentemente inofensivo, puede provocar graves malentendidos. Si no me creen, examinemos lo que ocurre con el brote de Acinetobacter baumannii en Japón.

La semana pasada, oficiales del Hospital Universitario de Teikyo señalaron que 46 pacientes fueron infectados el año pasado con la Acinetobacter baumannii, una bacteria resistente a los antibióticos, la cual cobró la vida de 27 enfermos. Hoy, el número de infectados asciende a 53, por lo que el hospital anunció que no aceptará más ingresos hasta revisar a los 800 internados en la instalación. En una conferencia de prensa, los médicos admitieron no haber reportado a tiempo las infecciones a las autoridades locales, lo que contribuyó a la difusión de la bacteria.

Otros hospitales en Tokio están reportando infecciones y muertes por la misma causa. En el Hospital Yurin se reportaron ocho pacientes, con cuatro muertos. En el Hospital Geriátrico Metropolitano, tres se congiaron y uno pereció. La bacteria parece esparcirse velozmente entre los hospitales japoneses de la capital, debido a las transferencias de pacientes, el abuso de antibióticos, la carencia de control de la infección, y los fallos en reportar a las autoridades. En la búsqueda de un culpable, el Diario Yomiuri sugirió irresponsablemente que la causa era el turismo médico en Japón.

¿Dónde está el problema? La Acinetobacter baumannii es un microorganismo que se encuentra casi siempre en hospitales y otras instalaciones de cuidados a la salud. Es resistente a los antibióticos, que ataca a la gente que ya está enferma, es anciana, o ha sufrido alguna lesión de magnitud considerable. En 2007, surgió un brote de esta infección entre las tropas estadounidenses y canadienses que regresaban de combatir en Irak y Afganistán. Al tener su sistema inmunológico debilitado o por el uso de drogas inmunosupresivas, los soldados se convirtieron en blanco fácil de la enfermedad --- sobre todo los que habían sido víctimas de choques o heridos en combate.

Washington aprovechó el brote para desinformar a la opinión pública, con un discurso en el que la bacteria provenía de bombas iraquíes "infectadas" con heces de perro y carne podrida. Otra versión que se manejó es que la Acinetobacter baumannii se encontraba suelta en Irak, ganándose el mote mediático de la Iraqibacter. Aunque la idea de que la infección había sido causada por un ataque biológico se debilitó con el tiempo (en buena medida, a causa de otros brotes en Europa y Asia), permaneció la noción de que esta bacteria se encuentra libre en el agua y la tierra. Este error ha sido repetido por los diarios japoneses y otros medios locales, hasta alcanzar al New York Times.

La Acinetobacter baumannii no se encuentra comunmente en agua y tierra, sino en hospitales y clínicas. En estos ambientes controlados han ganado su resistencia férrea a los antibióticos, y prolifera principalmente en unidades de cuidados intensivos, infectando materiales como tubos de respiración o catéteres. ¡No se encuentra suelta en el ambiente! En efecto, el género Ácinetobacter es uno de los más grandes y diversos en el planeta. El tratamiento superficial del tema, sobresimplificado en la Wikipedia, provoca confusiones a la hora de redactar los artículos periodísticos. Ni todas las Ácinetobacter causan infecciones nosocomiales, ni la Acinetobacter baumannii se comporta como las otras cepas.

El error causa muchas historias imprecisas sobre la naturaleza de la bacteria --- incluyendo un panfleto de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos. ¿Y cuál es el gran problema? Que los errores en el periodismo médico pueden causar malos tratamientos. Cada nueva historia diciendo que la Acinetobacter baumannii es hallada de forma común acrecenta la confusión. Por ejemplo, en 2006, el Canadian Medical Association Journal citó a un médico en servicio en Afganistán que propuso construir una antesala al hospital, temiendo que la arena traída por el viento acarreara la infección.

El caso de Acinetobacter baumannii es sólo una muestra de las muchas batallas médicas en las que se ha perdido tiempo por imprecisiones mediáticas. Por fortuna, hay divulgadores que desde sus trincheras han sabido alertar de la bacteria de forma precisa al entendimiento de la infección. De este modo, prácticas como el periodismo superficial pueden provocar graves malentendidos, que llevan al pobre entendimiento de una problemática seria --- y por desgracia, al diseño de estrategias fallidas para combatirla. La infección más mortal es la desinformación.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: