Ayer falleció Google Wave, ha tenido una vida cuanto menos curiosa. Cuando nació, en el Google I/O de 2009, corrieron ríos de tinta digital, ideas, frases perentorias y tweets sobre el nuevo producto de la factoría de la gran G, 'va a cambiar el email', decían, cualquiera en ese momento hubiese asegurado que el futuro del recién nacido era brillante. Unos meses más tarde, a finales de año, el servicio se abrió sólo para unos pocos a través de invitaciones que llegaron a cotizarse a $60 (o más) en eBay, después del su fastuoso nacimiento, Wave seguía levantando expectación.
Entonces llegó la primera decepción, aquello era una basura, la emoción de las primeras impresiones dejó paso a: 'está muy verde', 'esto es sólo el principio', 'promete...¿verdad?'. Y después... después nada, después Google Wave fue cayendo poco a poco en el olvido, como el juguete de un niño caprichoso que se cansa cuando le regalan otro nuevo, el 2010 fue avanzando frenético e imparable, la geolocalización empezó a ponerse de moda, Foursquare, Gowalla y otros empezaron a ocupar el lugar que antes era suyo, su papá Google se enfadó con los chinos y tuvo cosas mucho más importantes que atender, cumplió un año, llegó la Google I/O de 2010 y no recibió apenas una mención, todo el mundo se olvidó del pobre Wave, todo el mundo se olvidó de él hasta que se murió.
Entonces llegaron los retweets, las ironías, el asombro y la incredulidad: 'con lo mucho que prometía', 'No era tan bueno después de todo'. A Google Wave lo mató un señor muy malo que se llama hype, cuando vió la luz no era ni la mitad, qué digo, ni un cuarto de lo que podía llegar a haber sido, detrás de él estaban presentes un montón de ideas, de potenciales, de posibilidades que realmente podrían haber llegado a marcar la diferencia en el modo en el que nos comunicamos a través del email. La expectación es un arma de doble filo, bonita se le tuvo que quedar la cara al que pagó por conseguir una invitación y luego se encontró con aquello. Luego mejoró, mucho, pero ya era tarde, Google Wave no está fuera de combate por ser un mal producto, o el bosquejo de uno, sino por haber salido antes de tiempo.
Ya hay algunas iniciativas donde se puede votar para que vuelva, pero lo veo difícil, la mejor conclusión que podemos sacar, nosotros y los de Google es que los usuarios le damos la espalda a algo en cuanto nos defrauda. Una de las cosas que más lamentaba ayer era no haber vuelto a pasarme para ver cómo estaba y cuánto había avanzado, haberme vuelto a plantear si merecía la pena usar aquello, ahora es demasiado tarde, aunque no sé si lo echaré de menos, no llegué a utilizarlo lo suficiente como para saberlo.