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Como todas las religiones en el mundo, un templo donde se venere la idiosincracia que lo engloba, es algo sumamente necesario. Para Apple su templo mayor son las Apple Store y como recién hemos escuchado, ya son más de 300 alrededor del mundo, y poco a poco van creciendo más --- incluso en poco tiempo abrirán dos en España, respectivamente en Barcelona y Madrid; en Latinoamérica estamos estancados y nos debemos conformar con simples resellers, algo que para el ferviente fanático de la manzana no es suficiente, urge que amplíen el mercado al sector de habla hispana en América.

Quizá suene a que estoy exagerando, y le estoy dando importancia de más a una simple tienda, pero cuando lees toda la mecánica que tiene Apple con sus empleados, la Genius Bar, y toda la mercancía de Apple bajo el mismo techo, de verdad es una experiencia única; además para los adictos de mirar vídeos en YouTube, si alguna vez han buscado sobre estas tiendas, existen usuarios que es tal su fanatismo que documentan sus visitas.

Incluso crean canciones que le rinden una especie de tributo, como lo hizo el vlogger Ray William Johnson, en la canción Apple Store Love Song, que en esta plataforma audiovisual es todo un fenómeno y los fanboys la han adaptado como el himno oficial de Apple.

Soy una fanática de Apple, de esas que despectivamente denominan Apple fangirl, por lo que el pasado enero cuando me encontraba en territorio de Norteamérica y tuve la oportunidad de visitar una Apple Store, la verdad lo tomé con una gran emoción y preparé la videocámara cuál parque de diversiones o lugar turístico se tratara. Seguro muchos de ustedes han sentido ese sentimiento, es único.

Experiencia Única

El visitar uno de estos locales es una vivencia que jamás se olvida sobre todo cuando nunca lo habías hecho, quizá para los que vivan cerca de alguna o sus visitas sean más recurrentes debe ser más de lo mismo y no debería representar tanta emoción en teoría. La Apple Store que yo visité está localizada en Emeryville, California (de hecho la imagen de arriba la tomé yo), está localizada en una zona totalmente de lujo. En mi caso les cuento brevemente que cuando fui caminando por las calles y de pronto se asoma el logo representativo de la marca sentí una alegría profunda cuando se llevan tantos años de admiración a cierta compañía, es lo que hace el fanatismo, quizá sea un exceso pero fue mi reacción en ese momento.

El acto de comprar en una Apple Store es el ritual en el que el cliente y Apple congenian como nunca, Apple ha trabajado durísimo para crear este sentimiento sobre sus tiendas, un modelo completamente innovador que propicia aún más la admiración en la manera de como está todo limpio, ordenado y el personal atendiéndote al instante inmediato que entras al establecimiento. Tiendas como la de la Quinta Avenida en Nueva York, en China, en Paris y más, dan fe a esto que les comento. Es toda una cultura, créanme. Incluso en la manera en como te cobran lo que haz comprado, si la fila es muy larga salen personas con un iPhone y un dispositivo que supongo es Square, les entregas tu tarjeta de crédito y allí mismo se completa la transacción

Es tan increíble el concepto, que Windows y varios de los competidores están tratando de adaptarlo, el éxito dependerá de la calidad de sus productos, yo no me involucro en esa polémica. Yo ya comenté mi experiencia a grandes rasgos, me encantaría que los que han tenido la oportunidad de también entrar a alguna magnifica Apple Store, compartan su experiencia y lo que les deja haber visitado alguno de los templos de Apple, para los que crean que soy una exagerada y que peco de exceso de fanatismo, también comenten, que para eso está el diálogo y la discrepancia de opinión --- es muy enriquecedor para crear un criterio en común.

Foto: Bandlem