La industria petrolífera nunca tuvo muy buena imagen, pero a raíz del derrame de British Petroleum en las costas de Louisiana ha quedado por el piso. Por otro lado, el mundo de las altas finanzas y la especulación financiera, por más glamuroso que sea, tampoco es muy bien visto, sobre todo en el medio de una crisis económica mundial en la que ciertas esferas pueden verse afectadas pero de una manera casi indirecta, como si sólo se rasparan un brazo al producirse una explosión. Por eso no es un buen momento este para que se conozca un hecho curioso que se produjo en realidad el año pasado.

Steve Perkins, operador de mercado de PVM Oil (empresa británica, como BP), hace exactamente un año, adquirió a la madrugada 520 millones de dólares de barriles de petróleo, una cifra bastante importante. Cuando le preguntaron en la oficina por qué lo había hecho, dijo que los había comprado para un cliente, que se encontraba con él en ese momento. Era extraño pero le creyeron, siendo trader senior, ¿por qué no iban a hacerlo? Pero la compra estaba teniendo impensadas consecuencias (adivinaron: negativas) y Perkins contestaba con evasivas cada vez que le preguntaban por la identidad del cliente, llegando al punto de negarse a que la compañía lo contactara. Finalmente se supo la verdad.

El fin de semana anterior a los eventos, Steve Perkins había participado de un evento de golf y aparentemente se tomó unos cuantos tragos de más. Reitero, unos cuantos tragos de más. En el día posterior, de hecho trabajó telefónicamente con algunos clientes reales, pero a la noche... utilizando dinero de la compañía (no debía haberlo hecho, como trader se suponía que use dinero de sus clientes), en la comodidad de su casa y con la laptop, compró los mencionados 520 millones de dólares en petróleo. Estaba completamente borracho y no sabía lo que hacía, pero cuando se dio cuenta a la mañana, envió un mensaje de texto avisando que un familiar no se sentía bien y no iría a trabajar a la oficina. Como mencioné más arriba, las constantes evasivas y contradicciones terminaron por dar paso a la verdad.

Perkins fue despedido de la empresa porque 520 millones de dólares no es poco. Es más, fue una compra tan grande que el precio del barril de petróleo aumentó como directa consecuencia más de un dólar cincuenta, alcanzando el precio más alto en ocho meses, cuando aumento de tal magnitud se produce exclusivamente por políticas de estado y conflictos internacionales. Además de ser despedido, Steve Perkins tuvo que realizar un tratamiento para superar sus problemas de alcoholismo y recibió una multa de 150.000 libras esterlinas, pero como una cantidad tan grande le traería problemas económicos, disminuyeron la multa a sólo 72.000 libras. Actualmente Perkins tiene prohibido ejercer la profesión durante cinco años, pero vive tranquilo en su casa valuada en 340.000 libras esterlinas.

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