Uno de los sistemas montañosos más espectaculares y únicos de entre todos los que tenemos en nuestro planeta Tierra es sin duda la enorme Cordillera de los Andes, esa que atraviesa varios países de América del Sur (Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela en parte) bordeando la costa del océano Pacífico y la cual también está sufriendo el golpe del calentamiento global (a pesar de que algunos insisten en decir que eso no existe).

Con el paso de los años la temperatura del planeta ha aumentado lo que se ha traducido en muchas cosas negativas para la naturaleza. En el caso concreto de los Andes esta subida de temperatura ha provocado que mucha de la superficie de la mole montañosa que antes estaba cubierta por un manto blanco de nieve y hielo ahora ya no, algo nefasto ya que al estar las rocas descubiertas estas absorben más calor del Sol que antes. Al absorber más calor obviamente la temperatura aumenta aún más y eso finalmente provoca un impacto negativo sobre los suministros de agua, la agricultura y el ecosistema natural de la cordillera en general. “¿Y no se puede hacer nada?” se estarán preguntando algunos. Pues sí, se puede, y ya se está haciendo.

Recientemente se ha puesto en marcha un proyecto, capitaneado por el científico peruano Eduardo Gold con el dinero del Banco Mundial, cuyo objetivo es devolverle a los Andes el color blanco que el hombre le ha robado. Básicamente lo que están haciendo ya es pintar (con una pintura resistente a los elementos hecha a base de productos naturales de la propia zona) una porción de las laderas de la parte de los Andes peruanos para que las rocas absorban menos calor y por lo tanto la temperatura también sea menor. Los problemas principales de esta solución son dos, por un lado que la pintura no es tan eficaz como la nieve y el hielo (siempre será un sustitutivo), y por el otro la ingente cantidad de kilómetros que hay que pintar.

Está claro pues que se tardarán muchos años en cubrir de blanco los Andes y tan solo pintar la parte peruana ya sería todo un logro. En cualquier caso ojalá que el proyecto reciba más apoyos que el del Banco Mundial y la medida de los resultados que se esperan: retardar el calentamiento de los Andes y por consiguiente el deshilo, pérdida de agua y resto de cosas que comentaba más arriba. Si esto se da en la parte que ahora mismo se está pintando, estoy seguro que el resto de países por donde transcurre la Cordillera de los Andes se interesarán mucho más por el proyecto de Gold y pondrán en funcionamiento trabajos similares. Deseo con todas las ganas que así sea, aunque bueno, lo que realmente me gustaría es que no tuviéramos que andar pintando uno de nuestros macizos montañosos más majestuosos.

Vía: BBC Mundo

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