El video que acompaña este post es una cámara de seguridad/vigliancia instalada en la piscina (alberca) de un hotel en Mexicali, México donde el pasado 4 de abril experimentaron un terremoto de magnitud de 7,2 grados en la estala de Ritcher.

En él se puede apreciar el efecto que tiene el agua a partir del movimiento tan brusco de la tierra y cómo la fuerza acumulada empieza a generar una especie de "mini tsunami" o "mini maremoto" dentro de la piscina. Inclusive se ejemplifica como las primeras "olas" no tienen tanta fuerza ni tamaño como las siguientes. Es decir, el efecto tambaleante del agua genera más energía y más fuerza.

En otro video grabado desde otro punto de vista se puede ver, nuevamente, cómo el agua de la piscina continúa en constante movimiento aún minutos después de que el terremoto haya terminado. Ahora extrapolar ese efecto con un inmenso mar y entenderán por qué los maremotos o tsunamis son tan peligrosos no solo por la fuerza que acarrean las olas sino porque muchas personas confían que después de la primera o segunda ola, no va a pasar nada (y es todo lo contrario).

Vía: Fogonazos

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