El Ministerio de Sanidad de Turquía ha aprobado una regulación en contra de los tratamientos de fertilidad con óvulos y esperma de extranjeros. Esta nueva ley prohibe a los turcos utilizar viajar a otros países para obtener este material genético, so pena de uno a tres años de encarcelamiento. La normativa no sólo afectaría a los ciudadanos que emplen bancos de donación en el extranjero, sino también a donantes y a doctores que recomienden estos centros.

La regulación está encaminada para "proteger la raza turca". Bulent Tiras, vicepresidente de la Asociación Turca de Ginecología y Obstetricia, tacha a esta medida de racista Además, esta ley contraviene las disposiciones de la Unión Europea respecto a la inseminación con ayuda médica. Tiras denuncia que el Ministerio de Sanidad cae en una contradicción, ya que el mismo organismo ha promovido que cada turco tenga tres hijos.

La inseminación artificial, un procedimiento médico muy empleado para facilitar la procreación, ya es ilegal en Turquía. Sin embargo, las mujeres tenían la oportunidad de salir del país para buscar donantes. "Pasamos años luchando para mejorar la ley, de forma que ésta protegiera adecuadamente la autonomía de las mujeres sobre sus cuerpos y su sexualidad.", afirma Pinar Ilkkaracan, activista turca en los derechos de la mujer. Si bien el número de personas que cruza la frontera para someterse a un tratamiento de este tipo ronda el centenar, se teme que la ley tenga implicaciones en las parejas con mezcla étnica.

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