A lo largo de la Historia han existido decenas -si no es que cientos- de casos en los que los animales han sido capaces de predecir cuándo ocurrirá un sismo. El ser humano ha tratado de ayudarse de otras especies para alertarse en caso de un temblor, sin embargo, aún no damos con el animal adecuado. Ahora aparece un nuevo candidato en la línea: los sapos.

La hipótesis proviene después de que una colonia completa de sapos huyó tres días de la localidad de L'Aquila (Italia) tres días antes de que ocurriera un terremoto en 2009. Rachel Grant, bióloga de la Universidad Abierta de Milton Keynes (Reino Unido) estaba conduciendo un estudio de rutina sobre el comportamiento de los sapos en el momento en que ocurrió el sismo. Grant había notado un comportamiento inusual: cinco días antes del temblor, la población de sapos machos en la colonia decayó en un 96%, en tanto que tres días antes del terremoto, la colonia entera se retiró.

Aún no queda claro cómo es que los sapos percibieron el advenimiento del sismo, sobre todo porque conducir este tipo de experimentos es prácticamente imposible por la impredictibilidad de los movimientos téluricos. Aunque parece una situación anecdótica más, la información es valiosa porque rara vez es posible estudiar el comportamiento de animales salvajes antes, durante y después de un terremoto.

Aunque otros animales son conocidos por presentir los temblores, es sorprendente el tiempo de ventaja de predicción de los sapos. Mientras que peces, ratas y serpientes son capaces de captar un terremoto momentos antes, estos anfibios podrían funcionar como un sistema de detección temprano. Los científicos especulan que los sapos podrían haber percibido cambios en la atmósfera, tales como la liberación de gas radón, o variaciones en las ondas gravitacionales.

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