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El otro día escribía sobre las probabilidades reales de que un avión sufra ataque terrorista y la importancia de que la ciudadanía no se deje dominar por el miedo ya que nos hace más vulnerables y facilita que gobiernos, con la excusa de la seguridad, impongan cualquier tipo de restricción o presión. Pues justamente algo de esto ha pasado a pequeña escala en las últimas horas, pero primero pongámonos en antecedentes.

Como la mayoría recordará el pasado día 25 de este mes un trastornado de nombre Umar Farouk Abdoulmutallab consiguió colarse dentro de un avión, que despegó de Amstardam y aterrizó en Detroit, con un artefacto explosivo el cual finalmente falló. Tras el suceso la Transportation Secutiry Administration (TSA) lazó la directiva de seguridad SD-1544-09-06 que entró en vigor ese mismo día y en la que se recogen una serie de medidas para aumentar la seguridad en los aeropuertos de EE.UU.

Dicho documento, que ha sido muy criticado por excesivo e incluso absurdo en alguno de sus puntos, fue publicado entre otras personas por los bloggers Steven Frischling y Chris Elliot, ambos profesionales de renombre que han trabajado para publicaciones tan prestigiosas como The New York Times o Washington Post. Y aquí es donde comienza "lo oscuro" del asunto.

Resulta que tanto Steven como Chris recibieron sendas vistas de agentes especiales de la TSA en sus respectivos domicilios. Los agentes de la TSA interrogaron, e incluso coaccionaron, durante varias horas a ambos y también se llevaron equipos informáticos, ¿su delito? Publicar la directiva SD-1544-09-06, concretamente los agentes querían saber de dónde habían sacado el documento al que no deberían haber tenido acceso.

Aunque todo el proceso ha sido completamente legal, estamos ante un ejemplo de como los gobiernos, gracias al miedo generalizado, se ven legitimados para hacer cualquier cosa, aunque sea estúpida, en pos de la seguridad de sus rebaños. ¿Y por qué son absurdos estos interrogatorios de la TSA? Pues muy simple, la directiva fue enviada a todos los grandes aeropuertos y aerolíneas internacionales, lo que se traduce en que muchos miles de personas accedieron al mismo. ¿Pensaban los de la TSA que nadie abriría la boca sobre una directiva de seguridad muy controvertida? Si es así entonces son muy ingenuos y hemos dado con el verdadero problema de seguridad para los medios de transporte estadounidenses. En esta ocasión ningún derecho fundamental se ha visto atropellado, aunque siga estando totalmente fuera de lugar arremeter contra dos bloggers por sacar un documento puesto a disposición de miles de personas por las propias autoridades. Pero en esta ocasión, mañana no sabemos para qué puede usar el miedo y la disculpa de la seguridad el gobierno de turno.

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