Aquello que ven en la fotografía que acompaña este post, es nada más que 1.250 pedazos de cable que conforman un procesador casero de 8bit funcional que creó Steve Chamberlin, un desarrollador de videojuegos de California.
La CPU, que puede jugar un ajedrez, costó mil dólares, un año y medio de trabajo, puede manejar hasta 16MB de memoria, tiene un teclado PS/2 y una pantalla LCD. ¿Lo mejor de todo? Su nombre, definitivamente. Chamberlin decidió ponerle BMOW, que significa Big Mess Of Wires (Gran Lío De Cables).
El desarrollador dijo que no tiene idea por qué lo hizo pero que fue realmente divertido (y lo que debe haber aprendido no me lo imagino).
Además también comentó que los usuarios ven a los ordenadores como cajas negras. Que sabemos perfectamente para qué sirven pero no sabemos cómo lo hacen. Por ese motivo cuando se dio cuenta que podía "conectar todos los puntos" desde lo físico del transistor hasta dejar un ordenador funcionando decidió lanzarse a la aventura.
Vía: Microsiervos