Para el geek vago que no le da la gana de encriptar sus datos, este es un candado (como esos que usábamos en el colegio) para protegerlo y que nadie pueda usarlo salvo que sepa la combinación.
Es como matar moscas con una bazooka, pero el efecto sorpresa cuando lo saques en la próxima reunión de twitteros debe valer lo que sea que cuesta (que no sé sabe cuánto es).
Vía: Über Review