Pero todo puede ser utilizado y, aunque no lo creas, las pastas dentales podridas también. ¿Para qué? Pues, en este caso, para hacer un pequeño experimento. El hombre puso el contenido de 23 tubos de diferentes marcas, sabores y colores en un bol y este fue el resultado.
Toda la galería con el proceso de "creación" después del salto.
Vía: Boing Boing