Wired ha hecho esta especie de categorización de la cultura geek, presentándonos a los modelos que quizás son más extendidos. No se trata de un listado tan extensísimo como aquellos 56 geeks que presentaba Scott Johnson, sino uno más general y quizás representativo de aquel que se considere geek.

  1. El Fanboy. Cómics, superhéroes, series de televisión y la firme creencia de que la fuerza existe. Se hicieron pipí con el trailer de Iron Man.
  2. El geek musical. Los vinilos son la mejor forma de escuchar música. Cualquier cosa que escuches puede ser mejorada, ergo, para ellos tu música siempre será una mierda. Leen e insultan a Axel en Cuchara Sónica.
  3. El jugón. Los amigos -o enemigos- de Ecetia. Tienen varias consolas y se ponen cachondos con Morgan Webb... o con Lara Croft. Nunca admitirán que les has ganado una partida, aunque cuando lo hacen ellos no paran de restregarlo.
  4. El enfermo de los gadgets. Aquí sufrimos a Manu Contreras, que a mi parecer sufre el Síndrome de Diógenes tecnológico. Se lleva a casa cualquier cosa nueva que se conecte por USB, dicen que solo le falta comprarse una última cosa.
  5. El hacker. Famoso protagonista de películas de los 90 en las que eran capaces de grandes hazañas detrás de una pantalla monocroma. Ahora se hacen los misteriosos por culpa del maldito Neo y van cual grafiteros de barrio fardando de sus proezas.
  6. El Otaku. Nuestro buen Kirai los conoce a la perfección. Enfermos del manga y derivados pornográficos monstruosos. Sailor Moon tuvo la culpa.

Ser o no ser geek. Esa es la cuestión, una muy absurda porque a mí nunca me han gustado las etiquetas para diferenciar a las personas. Que tenemos todos algunas cosas en común, es cierto, aunque no soy tan partidario de este tipo de encasillamientos.

Enlace: Wired's Geekster Handbook, a Field Guide to the Nerd Underground