Lo que se supone que era un cierre de campaña de cara al referéndum de mañana, terminó por ser una tribuna desde la que Hugo Chávez amenazó y montó su habitual numerito populista, llegando a dejar bien claro lo que entiende por libertad de expresión al momento de amenazar a Globovisión y a CNN, si no cumplen con la ley...

Como era de esperarse, a España también lo tocó lo suyo por las disculpas que no ha recibido el presidente venezolano, y que sigue creyendo firmemente merecer:

"Comenzaré a pensar en acciones que habría que tomar", ha subrayado, antes de añadir que los españoles "compraron unos bancos" en Venezuela. "No me cuesta nada recuperarlos y nacionalizarlos y ponerlos al servicio del pueblo... no me cuesta nada", ha indicado en referencia al Santander y el BBVA.

Y por supuesto, Estados Unidos también se llevó lo suyo e incluso se ha amenazado con suspender los envíos de petroleo en caso de que se alegue un fraude, si el es el ganador en la cita de los venezolanos con las urnas.

Ayer quedó claro que es mucha la gente que apoya a Chávez, sin embargo hay un sentimiento generalizado, que muchos compartimos:

Eso es nuestro presidente, un cliche de Hugo Chávez, al tratar de ser cada día más Chávez. Lleva las cosas a un extremo absurdo y terminan ocurriendo cosas sin sentido. Ese discurso de ayer no tenia el más mínimo sentido de nada. Era grotesco y amargado. No tenia un milímetro de esperanza. Era un saltemos al vacío, pero lo hacemos por el bien del pueblo.

A Venezuela le toca decidir otra vez, esperemos que mañana se haga bien y ello signifique un importante revés para un grupo de ideas que no representan lo mejor para el país.

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