En una entrevista para el periódico Cinco Días, el economista catalán Xavier Sala i Matin, hizo una declaración muy reveladora, para reforzar su teoría de los beneficios de la globalización en África: Coca Cola ha hecho más que muchas ONGs por ese continente.
Tiene una gran red de distribución en el continente. Desde su fábrica salen camiones hacia las ciudades y de allí las camionetas se dirigen a los pueblos. De los pueblos, gente con caballos, burros o bicicletas transportan la bebida a los poblados. Y al final, una muchacha lleva una caja de cocacolas en la cabeza y las vende. Con eso se crean centenares de miles de empleos, con lo que ésta gente puede ganarse la vida. Esto hace mucho más bien que cualquier ONG.
Cierto. No ha mentido un ápice, pero tal y como indican en Ecofactory, de esos 100 mil empleos creados, solo se proporciona tratamiento médico a 1500 empleados directos -altos cargos directivos-, dejando en el olvido a todos esos trabajadores que se encargan de embotellar, distribuir y vender.
Es posible que Coca Cola se preocupe por emplear a todas esas personas, pero quizás es algo que va muy de la mano de los 261 millones de dólares en ingresos netos que por ejemplo, tuvo la empresa en el año 2001. Desde luego la empresa está muy concientizada con el empleo, pero para nada con el VIH -o con otras enfermedades-, tal y como claman. Nada que ver con la famosa chispa de la vida.