Imperdibles declaraciones de Eduardo Gómez, un ex-representante de la SGAE en León, España durante 14 años que cuenta cómo es la SGAE por dentro:
Yo estuve trabajando 14 años para la SGAE y la conozco bien; como músico también soy socio y he trabajado con muchos músicos. En fin, me conozco el percal y sí, a la SGAE la odian casi todos, los socios, los usuarios, los que pagan, sus empleados... Es una estructura bastante tóxica y tiene un clima muy enrarecido, además de una voracidad recaudatoria exagerada, por lo que se ha ganado a pulso su horrible imagen. Creo que el problema es que existe un núcleo pequeñísimo de directores (Teddy Bautista, Ramoncín, Víctor Manuel...) que llevan varias décadas manejando grandes cantidades de dinero y que son los únicos que están contentos con la SGAE, además de los grandes vendedores.
La sociedad la componen decenas de miles de socios, pero tienen derecho a voto muy pocos, con lo que es fácil tener todo controlado. Se mueve muchísimo dinero, así que la sombra de la corrupción aparece como en otros sectores; y luego está el problema (tal vez el más grave) de que sean los mismos quienes lo manejen todo desde hace tanto tiempo. Y qué decir de cuando viene (por ejemplo) Víctor Manuel a Rodiezmo y da un concierto multitudinario que no paga derechos de autor… Eso sí, si una ONG o un grupo de estudiantes quiere representar una obra de Lorca, rápidamente tendrá a la SGAE detrás. Y tampoco es raro que envíe a alguien a 'espiar' (o grabar) qué canciones toca la orquesta en un banquete de boda.
Eduardo Gómez, que fue durante 14 años delegado en León, desvela cómo funciona la SGAE (Vía Escolar)