Hay veces que creo que hay países que se quedaron encallados en el más rancio y retrógrado de los pasados. Por ejemplo: República Dominicana.

El periodista Adolfo Salomón fue despedido de un canal de televisión local, luego de que el jefe de las Fuerzas Armadas enviara a la televisora una carta en la que pedía amonestarle por haber irrespetado al Cardenal Dominicano en un acto oficial:

El incidente se produjo en la sede de las Fuerzas Armadas en el marco de un reconocimiento al Cardenal López Rodríguez quien se refirió a los homosexuales dentro de los organismos castrenses, en esa ocasión fue preguntado por el acucioso periodista sobre los gays que existen dentro de la iglesia, lo que provocó una reacción incómoda del purpurado.

Quizás no era el lugar o el momento para la pregunta -aunque al parecer sí venía a colación-, pero ¿desde cuando mandan los militares en los medios de comunicación? ¿pueden pedir la cabeza de un periodista sólo por hacer su trabajo?

De momento, en el Colegio Dominicano de Periodistas, clasifican el suceso como un "mal precedente". Lamentablemente, un mal precedente que lleva Latinoamérica sufriendo desde hace tiempo y que tiene nombres propios: censura y abuso de poder.

(Vía Remolacha

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