Un tribunal federal de apelaciones halló el jueves culpable a un marroquí, amigo de tres de los pilotos suicidas que participaron en los atentados del 11 de septiembre, 2001 en Estados Unidos, de complicidad para cometer homicidio en esos hechos, y falló que las pruebas demostraron abrumadoramente que tuvo una participación directa en la conjura.