Nos escribe Abelardo apuntando a una interesante reflexión en su blog:

Fui a ver la obra de teatro Miriñaque, tan "comentada hasta el cansancio". Debo mencionar que mi expectativa era muy grande y encontré mucha "pose", mucho relleno en la obra, falta de sincronización al bailar (¿será a propósito?), unos diálogos en off con falta de dicción y voces de "niñas bien", luego dicen que "la mujer quiere volar", ¿verdad? Pero así?... cómo?.

El caso es que la obra tiene buena música, de la que en general identifiqué, no me refiero al repertorio clásico sino a la selección "a la Buddha Bar" o "Café del Mar" de música electrónica, entre estas piezas identifiqué claramente Zion de Fluke.

Y aquí viene lo que me parece que está muy mal, a la salida de la obra te venden el disco de la selección de música con el sello "Humanicorp" que es la compañía que presenta la obra, el disco no presenta un solo crédito de la música que utilizaron, lo venden en unas cajitas transparentes, sí, como los discos piratas en el metro, nada más que con una serigrafía muy bonita.

Da mucha tristeza que aparte de ser una obra de teatro - danza de esas que llamo "novedositas" irónicamente (coreografías bastante malas), sean precisamente artistas los que se aprovechen de la música de otros, que tal que no dejaban tomar fotos... pero si usaban música sin citar autores, me pregunto que le parecería a ellos que fueran filmados y alguien vendiera su trabajo sin darles crédito ni remuneración, supongo que así comenzarían a entender esto de los derechos de autor.

¿Toman de otros pero no dejan que tomen de ellos? -- Me suena muy conocido eso. Qué pena que asuman esta actitud.

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