Imagen: pólipos endometriales. Fuente: Nephron (Wikimedia)

Bajo el nombre de endometriosis se esconde una enfermedad que, según algunas estimaciones, podría afectar al menos al 10% de las mujeres. Estas cifras son, en cualquier caso, muy preliminares, puesto que las asociaciones de afectadas señalan que existe un millón de pacientes que sufre endometriosis en España. Los estudios también apuntan que 170 millones de mujeres podrían verse afectadas por un trastorno tan difícil de tratar como de diagnosticar.

Todos los meses, el sistema reproductor femenino se prepara ante un posible embarazo. El ciclo menstrual hace que los ovarios produzcan unas hormonas determinadas, que funcionan como “señales” para que las células del útero trabajen para formar un revestimiento engrosado. Allí, en caso de haber fecundación, se implantará el cigoto que luego se dividirá y desarrollará para dar lugar a un embrión. En caso de que la unión entre el óvulo y el espermatozoide no se produzca, esa matriz de células se elimina junto a la sangre y a restos de tejido. Es lo que conocemos popularmente como “período” o “regla”.

Fuente: Instituto Bernabéu
Fuente: Instituto Bernabéu

Las células que crecen donde no deben

En ocasiones, sin embargo, las células encargadas de formar ese revestimiento no funcionan como deberían. La endometriosis sucede cuando dichas células crecen por fuera del útero, en lugares tan alejados y variopintos como los intestinos, la vejiga, los pulmones o los propios ovarios. Según un informe del Ministerio de Sanidad, no existe una causa conocida que explique el desarrollo de esta enfermedad crónica, aunque se ha observado que hay una cierta predisposición genética.

La endometriosis, considerada como una "enfermedad silenciosa y anónima", afecta a 170 millones de mujeres en el mundo

El gran problema de la endometriosis se centra en que sus síntomas son muy similares a los que aparecen con el período menstrual. Tener una regla dolorosa, abundante y que dure más de siete días, cólicos antes y durante la menstruación, lumbago e incluso malestar durante las relaciones sexuales pueden ser indicativos de que una mujer padece endometriosis. A veces, por el contrario, una persona no manifiesta ningún signo asociado a pesar de contar con mucho tejido en la pelvis, señalan desde la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Es en esos momentos cuando hablamos de enfermedad “silenciosa”. Está ahí pero no es posible diagnosticarla. O peor: tenemos síntomas y se confunden con los dolores menstruales. Porque al contrario de lo que sucede con el endometrio uterino, las células que crecen en otras partes del cuerpo no se eliminan nunca. Y con la liberación mensual de hormonas, reaccionan de la misma forma que lo harían si estuvieran en el útero. Solo que no están allí. Los tejidos comienzan a crecer y sangrar de manera aparentemente normal en cualquier rincón del organismo, lo que provoca dolores y otros síntomas relacionados.

Fuente: Instituto Bernabéu
Fuente: Instituto Bernabéu

Las dificultades para diagnosticar esta enfermedad inflamatoria por métodos convencionales, tales como las ecografías que realizan los profesionales en ginecología, han mejorado al incorporar nuevas técnicas. Desde la Unidad de Endometriosis del Instituto Bernabeu, se realiza un estudio de biomarcadores, permitiendo que a partir de un simple análisis de sangre se pueda detectar esta patología. Las terapias más comunes se basan en tratamientos hormonales, analgésicos para aliviar el dolor y, en los casos más graves, la cirugía.

Pero los problemas asociados con la endometriosis también pueden reducir la reserva ovárica de las mujeres afectadas y empeorar el funcionamiento de las trompas de Falopio. Como consecuencia, las pacientes suelen presentar dificultades en su capacidad fértil. Por estos motivos, se recomienda seguir tratamientos de fertilización in vitro para concebir. Y es que a pesar de los avances médicos, la endometriosis sigue siendo a día de hoy un trastorno bastante desconocido que sufren muchas mujeres de manera silenciosa sin que lo sepan.

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