¿De qué sirve tener la mejor startup si no encontramos la forma adecuada de contárselo al mundo? Es importante hacerle saber, a cualquiera que quiera escucharnos, qué hacemos y cómo lo hacemos de una forma sencilla, rápida y, sobre todo, atractiva. Grandes oportunidades con inversores, o incluso con la prensa, se han perdido a causa de consecuciones de frases inteligibles que no aclaran nada, y si tú, como dueño de tu startup, no eres capaz de explicarla, nadie será capaz. Presentamos las claves para un pitch perfecto capaz de ganarse a cualquier público.

Las presentaciones

Imagina que tienes cinco minutos para contar tus objetivos, y ya son muchos minutos. Empezar por el principio, es algo que hay que tener claro siempre. Presentarse a uno mismo, decir el nombre de la empresa y de quién habla, acto seguido, contar en no más de treinta segundos qué hacemos. En este paso tenemos que ser capaces de hacerle saber a la persona que nos escucha que hemos detectado un problema, y que tenemos una solución. Remarcando, además, en qué nos diferenciamos y cuál es la receta secreta.

Hay que decir que la mayor parte de los emprendedores se pierden en este primer paso: las cosas generales, redundantes o técnicas no importan a nadie. Olvidarse de ser líderes, innovadores o disruptivos. Seguramente lo seas, pero no es relevante porque el resto también lo es. Deja, además, que el público piense que lo eres. Encontrar esa diferenciación es tan difícil como necesario, pero la originalidad se premia.

Un negocio, pero también una historia

Toda startup ha nacido de una necesidad o de un problema. Pero además, es una experiencia y eso merece ser contado, porque puede parecer absurdo pero detrás de cada emprendedor hay una vivencia. Esta interesa tanto a los inversores como a los medios, y cualquier cosa que merezca ser contada tiene su momento en esta parte. Puede haber una empresa parecida, pero jamás habrá una historia igual. Hay que contarla de forma amena, como un cuento, pero manteniendo unas ideas fijas: brevedad, sencillez y originalidad, que no es incompatible con la seriedad.

No olvidarse del equipo** en esta parte de la historia es esencial. Ellos son todo, sin ellos ninguna empresa existiría y también merecen su mérito.

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Las cuestiones técnicas

Hablar está muy bien, pero una imagen vale más que mil palabras. Utilizar todos los elementos técnicos a nuestra disposición es esencial. Este es el momento de mostrar una demo o beta de la plataforma o proyecto, asegurándose de que funciona correctamente. Cuadros comparativos que añadan un poco de luz al modelo de negocio que buscamos, así como cuestiones diferenciadoras respecto a la competencia.

Explicar nuestro negocio basándose en el modelo Canvas, el más popular desde que Alexander Osterwalder lo popularizase en 2008, es la mejor forma de llegar a un inversor. Sigue una estructura organizada en referencia a clientes, recursos, diferenciación, objetivos y costes repasando todas las bases de una buena empresa. La previsiones son tan importantes como los hechos, por lo que crear unas siempre siendo realistas, es necesario. Pero recordando en todo momento que no tenemos que dejar de perder la atención del público.

La hora de la verdad

Este discurso debe ser ensayado una y mil veces, la improvisación no tiene cabida en este lugar, y debemos ser capaces de hacerlo en no más de cinco minutos.

La Fundación everis convoca su XV edición de Premios everis 2016 con el objetivo de ayudar a los emprendedores que tengan ideas originales, en fase prototipo, en economía digital, tecnología industrial y energética o biotecnología. Siguiendo las bases del concurso, las propuestas deberán ser presentadas antes del 31 de marzo de 2016, las cuales deben incluir un vídeo explicando cada proyecto. Las premios constan de una dotación económica de 60.000 euros, por lo que es el momento de preparar el mejor pitch.

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