Los terminales Asha son casi tan importantes para Nokia como la gama Lumia, con Windows Phone. Por ello, la compañía ha decidido mimar estos equipos con el lanzamiento del Asha 501, un teléfono con un diseño que recuerda mucho al de sus equipos con el sistema operativo de Microsoft. Y, por lo que pudimos ver en nuestras primeras impresiones del Asha 501, tampoco tienen mucho que envidiar en lo que a rendimiento se refiere (salvando las distancias, claro).
El Asha 501 es algo así como el teléfono más inteligente de entre los que no se consideran smartphones; casi un dispositivo de entrada en este mercado. Sin embargo, esto lo consigue con un precio realmente competitivo, 99 dólares, y unas características más que notables.
A todo esto hay que unir un diseño espectacular (de nuevo, en comparación con sus rivales). A simple vista parece un Lumia de pequeño tamaño y, desde luego, tiene un aspecto mucho más agradables que la mayoría de teléfonos Android de gama baja o, incluso, media.
Pero esto no serviría de nada si no respondiese con solvencia. Y, afortunadamente, no es el caso. En el tiempo que pudimos trastear con el dispositivo para elaborar estas primeras impresiones del Asha 501, me sorprendió la velocidad de respuesta que demostraba en todo momento.
Otro punto a destacar es la pantalla capacitiva. Si bien el panel de 3 pulgadas no puede competir con las resoluciones que estamos acostumbrados a ver en los teléfonos inteligentes, cumple sin ningún problema. La pantalla de bloqueo, con colores muy vivos, se ve especialmente bien.
Además, la respuesta de esta pantalla a la entrada de comandos táctiles es muy buena, algo muy importante en un equipo en el que se ha potenciado el uso de gestos para controlar diversas acciones. Únicamente encontré algún problema a la hora de desbloquear el terminal, pues no parecía entender que mi dedo había recorrido la totalidad de la pantalla. Sin embargo, escribir en su teclado o navegar por la pantalla es una experiencia satisfactoria y desplegar los menús desde la parte superior o inferior de la pantalla resulta intuitivo y elegante. Además, permite que se utilice toda la pantalla.
La cámara, si bien no es ninguna maravilla, cumple su función y captura imágenes lo suficientemente nítidas como para ser compartidas en redes sociales. No hay que olvidar el precio del Asha 501 a la hora de valorar este tipo de funciones (de hecho, hay que tenerlo muy presente).
Hay otras características que requieren más tiempo de uso para ser analizadas en profundidad, como la sorprendente duración de su batería (hasta 17 horas de llamada y 48 días en espera, según asegura Nokia) o el profundo sistema operativo. Sin embargo, a primera vista parece un teléfono que podría llegar a cambiar el destino de Nokia, especialmente gracias a su alianza con Facebook y varios operadores para dar acceso gratuito a la red social desde los teléfonos. Lo más probable es que no consigan su objetivo de llevar Internet a los próximos 1.000 millones de usuarios, pues es -deliberadamente- demasiado ambicioso, pero sí es posible que logren unas cifras de ventas respetables.