El desarrollo de infraestructura LTE, para dar soporte a los servicios de telefonía celular de nueva generación es uno de los retos más complejos que afronta América Latina en la carrera por no quedarse atrás en su crecimiento. El caso más notorio, que ya sido abordado aquí, es el de Argentina, que hasta el momento no cuenta con un proyecto ni perspectiva clara sobre la futura incursión de esta clase de redes en su espectro. Sin embargo, existen otras naciones de la región que han adoptado rápidamente las redes LTE, llevando por buen camino el desarrollo de su estructura, tal es el caso de Brasil, Chile y Colombia, señalados por el consorcio 4G Américas, como los países de América Latina que para el año 2015 estarán más cerca del nivel ideal de cobertura 4G, cubriendo entre el 30 y 40% de los 1.300 MHz del espectro potencial (e idoneo) de este modelo.
Así lo señaló Bob Calaff, director regional de la compañía, durante su conferencia inaugural en el evento LTE Latin America, realizado en la ciudad de Río. De acuerdo con el informe de Calaff, Costa Rica, Nicaragua, Perú, Puerto Rico y Uruguay son los países que se encontrarán cerca también de cubrir en un 20 a 30% los 1.300 MHz, el rango considerado como óptimo para la implementación de la tecnología 4G. Mientras que las 18 naciones restante de América Latina no llegarán ni siquiera al 10% de cobertura para finales de 2015.
De manera tal que el desafío hoy por hoy para las compañías reside en el desarrollo de su infraestructura en tecnología LTE, para poder dar soporte al tráfico de datos y cubrir las tendencias del mercado, donde los terminales con soporte para esta red serán más demandantes de acuerdo a las proyecciones de la firma, en donde estiman que para finales de 2014 habrá ya más de 6 millones de usuarios en esa región del continente, cifra que crecería hasta los 82 millones para el 2018.
El reto es claro para América Latina, su infraestructura LTE se encuentra ya establecida en muchas naciones, pero sus ritmos de crecimiento se están viendo relativamente lentos para los parámetros ideales y el ritmo de crecimiento que se calcula en el corto y mediano plazo.