América Móvil recibió probablemente el golpe más duro en su historia comercial, luego del dictamen del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), en donde la compañía fue decretada como un agente económico preponderante, obligándolo con ello a adoptar algunas medidas que a la larga, en teoría mermarán su poder en el mercado para dar la oportunidad a la entrada de nuevos competidores en un sector más abierto a la oferta de nuevas empresas a precios accesibles. Telefónica, es su papel como la segunda compañía más relevante, en materia de captación del mercado móvil en México, por fin ha decretado de manera pública y oficial sus opiniones sobre la regulación a Telcel, y su postura muestra varios matices, por un lado aplaude la medida del IFT, pero también no se muestra absolutamente conforme con las imposiciones planteadas.
Francisco Gil Díaz, presidente de Telefónica México, en declaraciones recopiladas por el diario El Universal, solicitó de manera formal al IFT que incluya adicionalmente en la regulación a Telcel algunas medidas que considera prudentes para eliminar aquellas tarifas que favorezcan exclusivamente a los usuarios de dicha empresa:
Serán necesarias reglas adicionales relacionadas con el concepto conocido como ‘efecto comunidad’, que se da cuando el preponderante cobra más por llamadas entrantes a su red que lo que cobra a sus usuarios.
Sin embargo el directivo también reconoció la labor del órgano regulador, ya que las obligaciones impuestas a América Móvil se encuentran posicionadas en la dirección adecuada, ya que para el panorama de gestión en el ramo de las telecomunicaciones ya hacía falta una intervención de este tipo, en un escenario donde América Móvil posee más del 70% de las líneas celulares del país. De acuerdo a su punto de vista estas medidas se traducirán en precios más competitivos entre todos los entes del sector, lo que posicionaría a Telefónica como un competidor más contundente contra el gigante propiedad de Carlos Slim.