2013 fue un año en el que Windows Phone fue cosa de Nokia y de nadie más. 2012 se cerró con más actores apostando por la plataforma de Microsoft: HTC con el magnífico HTC 8X o el HTC 8S, Samsung con el ATIV S, y Huawei con su propuesta en la gama media de entonces con el Ascend W1. Y por supuesto, de Nokia, quien finalizó el año con la llegada del Lumia 920 o el Lumia 620, ya con Windows Phone 8.

Pero en 2013... prácticamente nada. Ni un terminal mínimamente relevante con Windows Phone 8 salió de una casa que no fuese la de Nokia. Quien por cierto, redondeó un 2013 para enmarcar en el que consumó su vuelta a lo más alto de la industria móvil. Esto sirvió para que Nokia monopolizara el mercado y la atención de Windows Phone 8, lo cual tuvo que venirle bien a los finlandeses pero no-del-todo-bien a la plataforma de los de Redmond.

Los botones táctiles de 8.1 hará más fácil a los fabricantes crear terminales con Windows Phone.Para empezar, porque Windows Phone queda asociado a un único diseño, a una única perspectiva: la de Nokia. Que a nivel de diseño industrial creo que no hay nadie mejor que ellos, con ese buen diseño, ese toque que les identifica de forma positiva, esa maestría en el uso del policarbonato que les deja lanzar smartphones bonitos con la misma facilidad con la que se lee "Teo va a la playa". Pero... ¿dónde quedó ese diseño precioso y futurista de los coloridos HTC 8X? ¿Por qué no ver en todo su esplendor de qué es capaz Samsung acompañando a las live tiles? ¿Imaginan un terminal acuñado por Sony que use Windows Phone?

Hace falta ver a más actores que Nokia presentando terminales con Windows Phone 8.1, que está al caer. Y precisamente Windows Phone 8.1 hará más fácil a los fabricantes lanzar terminales con él. La clave, los botones táctiles en pantalla. Ahora el diseño de la carcasa será mucho más sencillo y homogéneo respecto a los terminales ya en el catálogo de una marca concreta, no habrá que hacer hueco a los tres botones capacitivos actuales e implementarlos.

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HTC 8X

Hace unas semanas vimos a Microsoft entregando las primeras licencias gratuitas de Windows Phone a algunos fabricantes, en lugar de cobrarles los entre 10 y 15 dólares por terminal que cuesta cada una. Lo hizo con fabricantes pequeños destinados a mercados emergentes, pero si lo que quiere es arañar cuota de mercado, no sería extraño ver más licencias gratuitas, ahora a fabricantes mayores, para abaratar costes y hacer más atractiva la oferta de la plataforma y tratar de monetizarlos mediante los servicios como Outlook, OneDrive, OneNote, Skype, Bing...

Ahora sólo vemos a Windows Phone desde una óptica: la de Nokia.Personalmente me hubiese encantado ver a Sony adaptando la marca VAIO para sus smartphones con Windows Phone, pero tras la venta de la división se esfumó esa opción. En cualquier caso, la industria necesita que 2014 sea el año en que Windows Phone deje de ser cosa de uno. No basta con un Ascend W2 de Huawei que vivirá cosido a la intrascendencia como vivió el primero, o con un Lenovo que no nos dará mucho más que buenas intenciones. Hacen falta fabricantes de primera línea.

Más ahora que Nokia pasará a ser propiedad de Microsoft. Hace falta un mayor número de opciones, de competencia. Tener la posibilidad de escoger, incluso dentro de una misma plataforma. Donde sí tendrían un obstáculo es en el valor añadido que dan las aplicaciones nativas de los Nokia Lumia: Nokia Camera, HERE Maps, HERE Transit y MixRadio son sólo cuatro ejemplos. Pero recuerden quién fue el gran pionero con Android: HTC. Samsung llegó algo más tarde. Y miren cómo están las cuotas ahora.

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