Tras el Mobile World Congress, y con la presentación hoy de HTC One M8, ya tenemos las apuestas más fuertes del mercado sobre la mesa a la espera de lo que vaya a hacer Apple a este año con su terminal de gama alta. Como viene siendo habitual, no tenemos fechas de salida del próximo modelo del iPhone, pero vistos los movimientos del mercado, Apple tiene que volver a despuntar en el mercado.

Los terminales presentados por la competencia, aun siguiendo una línea bastante continuista respecto de las generaciones anteriores, son una buena forma de revitalizar el mercado, cada uno con su propuesta particular. Tenemos a Sony con su Z2 y la grabación de vídeo en 4K, a Google con el Nexus 5, a Samsung con el Galaxy S5 y su apuesta por la salud física y por los sensores biométricos y a HTC con su sistema de cámara dual que sobre el papel promete mejorar la calidad de las fotografías tomadas con el terminal, junto con el resto de propuestas más comedidas del mercado que pese a ser buenas no acaban de despegar al mismo nivel que los ejemplos anteriores.

Apple tampoco lo ha hecho mal, el iPhone 5S es uno de los mejores terminal del mercado, y pese a llevar más de siete meses a la venta, sigue siendo una compra solvente con la que ningún usuario saldrá defraudado. Pero es un terminal del año pasado, y por ello ahora debe enfrentarse a todos los que han llegado en estos escasos dos meses.

Apple necesita despuntar de nuevo con la llegada del futuro iPhone 6El hecho de que Apple siga su propio calendario de lanzamiento lejos del resto de fabricantes tiene tanto ventajas como inconvenientes: por un lado, se asegura de ser el único terminal de gama alta que llega en los últimos meses del año y puede aprovechar con relativa fuerza el tirón de la campaña navideña, pero por otro lado juega en desventaja respecto del resto de fabricantes al no competir en la misma franja temporal, y poder mirarse de tú a tú.

Y no nos engañemos, el hecho de cualquieras de los fabricantes presente algo antes de la salida del iPhone no fuerza a Apple a cambiar sus planes, ya que en la compañía siguen su propio camino lejos de sus competidores. Que llegue tarde, pero que traiga bajo el brazo lo mejor que puede ofrecer el mercado.

Por todo ello, Apple tiene que apuntar bastante alto con la próxima generación del iPhone, ya no lo tiene tan fácil y necesita como nunca presentar algo que cause impacto en el público y mercado para recuperar ese territorio perdido que han ido ganando los terminales Android en los últimos años. Aunque al fin y al cabo siempre haya sido así.

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