¿Con ganas de disfrutar de los últimos videojuegos? ¿O trabajas con aplicaciones multimedia que exigen al máximo a tu equipo? En ambos casos es esencial elegir una buena tarjeta gráfica. El trabajo de este componente de un computador es útil para miembros fuera de estos dos grupos de usuarios mencionados, pero son especialmente estos quienes requieren conocer la mayor información posible, ya que la decisión de elegir la tarjeta gráfica no es simplemente una más. Hay muchas mejoras que se le pueden hacer al computador (comprar un disco SSD, añadir memoria RAM adicional) pero la de la GPU suele ser una decisión más complicada por el desconocimiento general que hay de estas.

El objetivo de la siguiente guía es facilitar la tarea de elegir su próxima tarjeta gráfica a los lectores:

Necesidades, presupuesto y posibilidades

Dos aspectos fundamentales para segmentar las opciones de compra. Conocer lo que verdaderamente necesitamos y el presupuesto con el que contamos. Comencemos con las necesidades: en el caso de que quieras utilizar el computador para videojuegos es importante conocer cuáles son estos e investigar los requerimientos que necesitan. Aunque comprar una tarjeta gráfica de gama alta te asegura rendimiento por más tiempo, no tiene sentido gastar por demás, y más teniendo en cuenta que los precios de la gama alta suelen estar muy inflados respecto a los otros modelos.

La otra posibilidad es que utilices el equipo para trabajar en aplicaciones multimedia. En este caso, debes investigar sobre las especificaciones necesarias para las tareas que realizas con cada una de ellas. La información suele estar disponible en foros de la web. Los requerimientos son diferentes si necesitas editar fotografías o crear modelos 3D.

Por último, conocer nuestro hardware actual, ¿puedo agregar una tarjeta gráfica a mi computador? ¿Es compatible con la placa madre? Para esto existe software para conocer información del sistema. Si estás interesado en actualizar tu GPU deberías chequear tu modelo de placa madre y comprobar si cuenta con slots compatibles con esto. La mayoría de las placas madres modernas no tendrán problema. También es importante conocer cuántos de estos slots están disponibles y si las piezas en ellos son removibles. Es vital además comprobar si la potencia de la fuente de energía es suficiente para soportar la nueva tarjeta gráfica. Las especificaciones técnicas de estas indican cuánta energía consumen.

Al conocer los detalles de nuestro hardware y nuestras necesidades debemos poner un techo de precio para saber hasta cuánto podemos gastar, y si lo haremos solo en comprar la GPU o también en actualizar la placa madre y fuente de energía, de ser necesario.

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¿Cuáles son los tipos de tarjeta gráfica?

El mercado actual se divide principalmente en dos grandes categorías:

  • Gráficos integrados: son GPUs que vienen integradas con la CPU. Los procesadores Intel cuentan con los Intel HD Graphics mientras que AMD tiene su línea de APUs. Los gráficos integrados son una opción mucho más económica, y en algunos casos suficiente para las tareas necesarias. Si vas a optar por esta categoría es recomendable inclinarse por AMD, sus APUs tienen un rendimiento mucho mayor a la alternativa de Intel y cuestan bastante poco.
  • Tarjetas dedicadas: si los gráficos integrados no son suficientes, necesitamos una tarjeta dedicada. Cuentan con memoria RAM independiente, y en algunos casos hasta con refrigeración propia. Hay opciones económicas hasta llegar a lo mas alto de la gama, para los consumidores más exigentes.

Otros aspectos clave

Estas son las especificaciones y otros aspectos importantes a ser considerados:

  • VRAM y frecuencia: la RAM de la tarjeta dedicada es importante, pero también su frecuencia. Este valor expresado en Mhz indica la velocidad con la que se puede acceder a la información del componente. Mientras más alto, mejor.
  • Consumo de energía: como decía antes, importante para saber si necesitar actualizar la fuente de energía. Suele ser bastante alto en las tarjetas dedicadas.
  • *Evita el bottlenecking**: ¡la GPU no es todo! Se conoce como bottlenecking* al problema por el cual un procesador no puede aprovechar al máximo la potencia de una tarjeta gráfica. Los modelos actuales de gama media y alta de Intel y AMD son suficiente para todas las opciones del mercado.

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Al elegir tarjeta gráfica, ¿NVIDIA o AMD?

La madre de todas las batallas en el campo de las GPU es NVIDIA vs. AMD. No tiene sentido inclinarse por una, ya que ambas marcas cuentan con modelos más que interesantes y diferencias que la convierten en la mejor opción para uno u otro tipo de usuario.

Las gráficas AMD suelen ser menos costosas, consumir menos energía, ser menos ruidosas. La marca también ofrece su línea de APUs, con procesadores integrados, ideal para quienes no quieran gastar demasiado y poder disfrutar de videojuegos de última generación o trabajar con aplicaciones multimedia. Eso sí, su nivel de exigencia no llega al de las tarjetas dedicadas y si eres de los interesados en obtener los máximos FPS por segundo no son tu mejor opción, aunque existe la chance de añadir una tarjeta dedicada a través de la tecnología Crossfire propiedad de AMD.

Por el otro lado, NVIDIA también cuenta con sus ventajas: su soporte de controladores es superior; utiliza la tecnología PhysX, propiedad de la compañía; es superior en cuanto a núcleos CUDA lo que las convierte en la mejor opción para los usuarios interesados en trabajar con aplicaciones multimedia. También son la opción preferida de los usuarios más exigentes, que suelen combinarlas con procesadores Intel en busca del máximo rendimiento.

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