vehículos autónomos

La idea de un auto sin conductor es una que atrajo a soñadores, tanto del ámbito de la ingeniería como del de la ciencia ficción.

Hoy la tecnología está más cerca que nunca de convertirse en una realidad, no solo para unos privilegiados, sino para todos los integrantes de la sociedad. Conoce la historia de los vehículos autónomos, qué proyectos existen hoy y cuáles son las estimaciones para el futuro.

Historia

Sorprendente, están cerca de cumplirse cien años de los primeros experimentos de automóviles sin conductor. En el año 1925 el ingeniero electrónico Francis Houdina desarrollo un sistema que utilizaba ondas de radio para desde un auto poder guiar a otro que lo siguiera e imitará todos los movimientos del primero. Con el nombre de "linrrican Wonder" este ingeniero exhibió su invención en la ciudad de Nueva York, conduciendo por Broadway y la Quinta Avenida.

La gigante General Motors había puesto los ojos en la invención y llevo la idea a la sección Futurama de la Feria mundial de Nueva York de 1939. En esa sección donde se invitaba al público a imaginar las ciudades del futuro se presentó la idea de una carretera automática con autos controlados por radio.

El tiempo pasó y los experimentos continuaron. En 1958 General Motors colaboró con RCA para convertir en realidad un prototipo en miniatura desarrollado por estos, que era guiado por circuitos y cables magnéticos que habían sido puestos sobre la calle.

General Motors estaba decida a ser pionero y durante la década de los '50 y los '60 promocionaba en eventos relacionados con el automovilismo su Firebird, que prometía un siglo XXI donde el conducir sin intervención humana fuese una realidad cotidiana. Hasta los años '90 no hubo grandes novedades respecto a cambios en la tecnología utilizada, excepto la atención que otros protagonistas de la industria comenzaban a prestarle al asunto. Citroen desarrolló su prototipo. Más tarde Bendix y Mercedes-Benz se sumaron.

Llegado el año 1991 con millones de kilómetros de carreteras ya construidos dejaba de ser atractiva la idea de centrar la innovación en esta y no en el auto. El gobierno de los Estados Unidos por primera vez se vio involucrado activamente en la cuestión y el Departamento de Transporte se unió con compañías privadas para lograr un objetivo: poder demostrar un sistema de conducción automática para 1997. El resultado fue Demo '97 donde veinte vehículos autónomos de distinto tipo fueron exhibidos en las calles de San Diego.

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La revolución de los PC hacía que la inclusión de tecnología sea más económica y haya más personas con capacidades de desarrollar el software necesario para interpretar el entorno y guiar al auto en sus decisiones. Las experiencias en rutas públicas seguían acumulándose. En Francia se recorrieron mil kilómetros con poca intervención humana. Un Mercedes-Benz viajó prácticamente solo de Alemania a Dinamarca. Estos y otros experimentos de la época lograron una "tasa de independencia" (es decir, sin intervención humana) mayor al 90%. Equipar un auto con cámaras de video, sensores de objetos cercanos y GPS ya no era algo imposible.

Luego siguió una época donde el gobierno estadounidense congeló el desarrollo relacionado con el transporte urbano y se centró en vehículos autónomos de uso militar. El ejército de ese país contó con tres prototipos lanzados a principios del nuevo milenio. Sin embargo, no prosperaron y los Demo, nombre que se les dio, se convirtieron en un proyecto cancelado más.

Actualidad y futuro

Los sueños de un auto sin conductor comenzaron hace muchísimos años y cuando parecían que iban a ser olvidados llegó Google, presentó grandes innovaciones y revivió el interés de todos. En el año 2010 la compañía reveló al público su proyecto. El hardware y el software de hoy permiten cosas que en décadas pasadas parecían imposibles. La precisión de estos autos autónomos es muy alta.

Con un equipamiento tecnológico valuado en 150 mil dólares Google logró una gran independencia, y una gran precisión. Tal es la confianza en el auto de Google que la legislación local de California, Florida y Nevada aprobó el uso legal de estos autos en las carreteras de sus estados.

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Sin embargo, Google no es el único interesado en la tecnología en la actualidad. Audi, BMW, General Motors, Volkswagen, Nissan, Cadillac, Tesla, Volvo, Toyota y otros tienen programas relacionados. Es más, los autos de alta gama actuales ya cuentan con estacionamiento automático, por ejemplo, un primer paso a la automatización total de la tarea de conducir.

El BMW i3, a lanzarse en 2014, se conducirá, acelerará y frenará solo siempre y cuando la velocidad del tráfico sea menor a 40 kilómetros por hora. Volvo proyecta lo mismo, pero con una velocidad tope de 50 kilómetros por hora. Entre 2014 y 2016 las compañías MobilEye, Cadillac, Nissan, Toyota y Audi planean lanzar autos con sistemas similares que se les suman a los ya existentes en la alta gama.

Google planea lanzar su sistema al público en 2018 y para 2020 todas las grandes compañías planean estar vendiendo vehículos autónomos. Las proyecciones de expertos indican que en el año 2040 75% de los autos serán de este tipo. Es cuestión de tiempo para que la aceptación del público sobre esta innovación aumente y también los precios bajen debido a la gran escala de producción que se alcanzará. Conducir un auto será cosa del pasado.

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Beneficios

La aplicación de esta tecnología traerá varios beneficios para la sociedad, en seguridad y economía. Un estudio hecho en Estados Unidos arrojó que si solo el 10% de los autos fueron automáticos se evitarían mil muertos por año y se ahorrarían 38 mil millones de dólares. Si el 90% fuese automático, se salvarían 21 mil vidas y no se malgastarían 447 mil millones de dólares. Los beneficios son inmensos a largo plazo, pero a corto plazo no dejan de ser muy interesantes.

Los errores humanos son la razón del 90% de los choques y el 40% de los fatales involucrá a un conductor con fatiga, distraído, alcoholizado o drogado. Dejar de lado la intervención humana evitaría todos las victimas derivadas.

El hecho que ilustra perfectamente la situación es el único accidente en el que estuvo involucrado uno de los Google Car que andan por las calles de California: fue culpa de un humano, no lo estaba conduciendo el computador en ese momento.

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