tecnología fuera de la tierra

La misión Voyager fue aprobada oficialmente en mayo de 1972. Gracias a los esfuerzos dedicados por el personal de la NASA durante más de tres décadas, hemos podido conocer las características de los planetas más alejados de la Tierra dentro de nuestro sistema solar. La nave Voyager 1 es el instrumento realizado por el hombre que más lejos se encuentra de nuestro planeta y por lo tanto un claro punto para estudiar como es nuestra tecnología fuera de la Tierra.

Las sensibilidades de las antenas de seguimiento del espacio profundo de la NASA son verdaderamente asombrosas. La señal que desprende la nave es tan débil que un reloj electrónico de hoy en día desprende una potencia 20 millones superior.

La nave Voyager 1 está formada por 65.000 piezas individuales. Muchas de estas piezas tienen un gran número de piezas equivalentes más pequeñas tales como transistores. La memoria de la computadora contiene 1 millón de componentes electrónicos. El sistema de la Voyager 1 es uno de los más sofisticados creados jamás por Intel con el objetivo de realizar varias pruebas en el espacio profundo. Hay siete rutinas de protección frente a fallos graves. La nave se puede poner en un estado seguro en cuestión de unos pocos segundos.

Este viajero espacial está específicamente diseñado para soportar las altas dosis de radiación de Júpiter. Esto se logró mediante la selección de piezas blindadas en las partes más sensibles. Si un pasajero humano se montara a bordo de la Voyager 1 durante su paso por Júpiter estaría sometido a una radiación 1000 veces superior al nivel letal.

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Para evitar las manchas de las imágenes captadas por la nave, la velocidad angular de la misma debe ser extremadamente pequeña para sostener firmemente la cámara durante el tiempo de exposición, en especial cuando su travesía se situaba alrededor de Neptuno, cuyos niveles de luz son 900 veces más débiles que los de nuestro planeta. Los ingeniero de la NASA idearon la forma de hacer que este viajero fuera 30 veces más estable que el minutero de un reloj. Los giroscopios de la nave detectan una diez milésima parte de un grado de movimiento angular. Para que nos hagamos una ligera idea, el movimiento aparente de nuestro sol en el cielo en un segundo es 40 veces superior a esta cantidad.

La grabadora de video a bordo de la Voyager 1 ha sido diseñada para grabar una gran cantidad de datos científicos. La cinta tiene una longitud comparable a la distancia de los Estados Unidos de costa a costa, lo que ha permitido a los científicos de la NASA grabar dos horas de video cada día durante más de 30 años, y lo que le queda...

Durante su travesía por el espacio la nave utilizó la enorme gravedad de Júpiter para ser lanzada hacia Saturno experimentado una velocidad de 35.700 kilómetros por hora. La eficiencia del combustible es bastante impresionante, este vehículo espacial gasta un litro cada 13.000 kilómetros recorridos, una cantidad ínfima si tenemos en cuenta las 700 toneladas de combustible que tenían los tanques durante su lanzamiento.

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A través de los siglos los astrónomos han argumentado sin estar de acuerdo donde termina el Sistema Solar. Una de las opiniones más compartidas es que el límite está donde la gravedad del Sol ya no existe. Este limite se encuentra a mitad de camino de la estrella más cercana, Centauro. Si la nave continúa viajando a las velocidades actuales, nos llevaría casi 40.000 años llegar a esta estrella y el objeto más lejano lanzado por el hombre habría recorrido una distancia de 2 años luz.

Actualmente la nave se encuentra en la Heliopausa, un punto en el que el viento solar se une al medio interestelar o al viento estelar procedente de las estrellas. Mientras que la nave pasa este límite teórico se encontrará inmersa en una región turbulenta llena de materia procedente de explosiones de las estrellas más cercanas. Salvo errores graves en los subsistemas, la Voyager 1 podría sobrevivir hasta el año 2025 aproximadamente. Si no fuera por la disminución del combustible y la posibilidad de perder la energía del Sol, las antenas ideadas por la NASA podrían continuar mandándonos información durante 200 años más.

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