Por favor, no nos engañemos. Android no se hizo famoso por sus apps de buenísima calidad, o por su facilidad de uso y ser intuitivo. Android se hizo famoso por ser barato, una alternativa asequible a un iPhone que por aquellos años se planteaba como algo caro, mientras que Android también te ofrecía WhatsApp pero subvencionado por las operadoras. Hasta que salió la gama baja de Windows Phone y deja a la de Android en pañales.

Desde el fatídico 2009 donde los Android de gama baja reinaban en las manos de los consumidores a precio de oro mucho ha cambiado el panorama también en la gama baja de Windows Phone. Si Android se hizo famoso por teléfonos de 80€ con WhatsApp, aunque funcionasen peor que un MacBook Pro con Windows Vista virtualizado sobre un Gentoo sin drivers compilado por un mono, Windows Phone se hizo famoso por ese fast & fluid al que los usuarios estamos acostumbrados. Los problemas de Windows Phone 8 son prácticamente inexistentes en la gama baja. Pero, obviamente, no todo iba a ser color de rosa en Windows Phone, siquiera en la versión 8 del sistema. Su mayor problema sigue siendo la falta de aplicaciones y de configuraciones que los usuarios más avezados echarán en falta, como un control independiente de volumen, o bien, algo tan simple como un control de brillo de la pantalla más detallado que "alto, medio o bajo". Pero estos son los problemas que precisamente en la gama baja de Windows Phone no interesan tanto, o mejor, en cualquier gama baja. Dando por entendido, claro, que un usuario de un teléfono de gama baja lo que necesita es un WhatsApp que funcione y un teléfono que no tarde 40 segundos en tomar una foto.

Respecto al hardware, la gama baja de Windows Phone sigue siendo otro caballo ganador con terminales como el Nokia Lumia 520 o el Nokia Lumia 620, incluso el HTC Windows Phone 8S, aunque por su precio se acerque más a los gama media. Por este rango de precios en Android sólo encontraremos versiones "mini" de un terminal famoso que no es más que un adorno publicitario en el nombre, debido a que no rinde culto, ni de lejos, a su terminal hermano mayor, hechos de plástico barato y con procesadores que hacen que la experiencia de usar la más simple de las redes sociales o abrir la galería de fotos sea un auténtico desastre, así como las actualizaciones de software, de las que sus usuarios se pueden ir olvidando. Mientras tanto, en Windows Phone no tenemos los mejores ni más finos, pero sí tenemos teléfonos hechos en policarbonato duro con un diseño más que aceptable y un procesador decente, que nos asegurará, debido a las optimizaciones de Windows Phone, que nunca se nos ponga lento el terminal.

Aparte de esto, también podríamos discutir la facilidad de uso de la gama baja de Windows Phone, y de todo el sistema en general, teniendo en cuenta que quien compra un gama baja no sea un gran tecnófilo, también puede ser un factor diferenciador si es su primer smartphone, pero esto lo dejaremos para otra ocasión.

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