Hace tiempo Fuji era conocida por el gran público por la calidad de sus películas. Muchos llevábamos en nuestras mochilas carretes de diapositivas como el PROVIA o VELVIA, y cuando el bolsillo tenía fondo, nos conformábamos con SENSIA. Las cámaras Fuji sólo eran conocidas en el ámbito profesional, como la excelente cámara de formato medio GF670W o la GA645. Pero hace un año presentaron la serie X digital, con la Fujifilm FinePix X100. Y tras el éxito sin precedentes vinieron las siguientes, como la que hoy nos ocupa, la FujiFilm FinePix XS-1.

Esta es la cámara que hace la número 3 dentro del sistema X de la marca, pero veamos que nos ofrece:

  • Es la versión bridge de la estupenda compacta FujiFilm Fine Pix X10. Su interior es idéntico. Comparten el sensor de 2/3 de pulgada y 12 Mp. Es un sensor mayor que el de sus competidoras más directas, y su calidad sorprende a propios y extraños (a pesar de unos problemas con las altas luces ya solucionados). Tiene una muy buena relación tamaño/calidad. Por primera vez podemos trabajar con un sensor pequeño a altas sensibilidades sin miedo a ser devorados por el ruido. Con este sensor EXR-CMOS podemos disparar a 1600 ISO sin problemas, aunque llega hasta los 12600. Su secreto es la tecnología EXR que, en función de la escena, elige una alta resolución, o un gran rango dinámico o alta sensibilidad y bajo ruido. Algo muy práctico si tenemos la costumbre de disparar en jpeg, pero que dudo de su eficacia si trabajamos en RAW. Aunque esto es algo que muchos empiezan a dudar: que realmente los archivos RAW sean "crudos".
  • El acabado de la cámara es muy bueno, acorde con la gama X de la firma. El cuerpo está revestido de una goma "efecto piel" que facilita la sujeción. El prominente objetivo está forrado de un material rugoso muy agradable al tacto, lo que se agradece a la hora de trabajar. El resto del cuerpo tiene botones y diales de metal. En conjunto es una cámara en la que se aprecia el gusto por el detalle y las cosas bien hechas. Por poner un ejemplo, la tarjeta tiene una trampilla propia que no tiene que compartir con la batería. Aunque en este modelo es fácil debido a su gran tamaño, igual que una réflex. Su clásico diseño hace que se sujete muy bien.

Lateral XS-1

 

  • La óptica es lo único que da sentido al tamaño de la cámara. Un impresionante 24-624 mm (sí, lo he escrito bien) con una luminosidad 2,8-5,6. Es algo escasa para la posición tele, pero para el usuario al que está destinada esta cámara, es más que suficiente. Para mejorar sus resultados, tiene como accesorio un parasol de pétalos, metálico, que aumenta aún más su tamaño brutal.
  • El objetivo, a pesar de su amplio rango focal, da unos resultados excelentes en las focales extremas. Las distorsiones son mínimas tanto en angular como en tele. El viñeteado nunca se hace molesto, aunque está presente en las tomas angulares con diafragmas abiertos. En las esquinas, la pérdida de calidad es el único punto realmente negativo, pero por otra parte es lógico teniendo en cuenta su diseño extremo. Es muy llamativo el anillo de enfoque manual, sumamente suave, que cuenta con la ayuda de un modo lupa en la pantalla. Y hay que tener muy buen pulso y muy buena luz para trabajar con un tele de 624 mm. Aunque tengamos entre las manos una cámara con estabilización interna.

OBJETIVO XS-1

  • Tiene una excelente pantalla de 3 pulgadas, 460 Kp de resolución, con 100% de cobertura. Podemos ver todo tipo de información, hasta el útil nivel electrónico. Lo que no veo tan claro es que la pantalla sea articulada. Creo que es lo primero que se romperá en una cámara que destaca por su robustez.
  • El visor electrónico es una pequeña maravilla. Tiene una cobertura también del 100%, es decir, lo que ves a través de él, es lo que se registrará en el sensor. Tiene 1,44 Mp, dos lentes de vidrio óptico y una lente aesférica, para conseguir la máxima calidad. No es tan bueno como el de sus hermanas mayores, pero es mejor que el de sus competidoras.
  • El resto de la cámara recuerda totalmente a una réflex, con su discreto flash incorporado, los diales de exposición clásicos, y una buena colección de botones, con las funciones básicas, al alcance de los dedos. También tiene una gran rueda vista que permite cambiar la velocidad de obturación, el diafragma o la compensación de exposición.
  • Por supuesto, graba vídeos en alta definición, puede hacer panorámicas, tiene diversos efectos de película y toda una serie de funciones para conseguir los mejores resultados.

Conclusiones

8/10
Creo que estamos ante una cámara muy bien construida, que hace honor a la gama a la que pertenece. El "made in Japan" que luce con orgullo se nota desde que sacas la cámara de su caja. Pero tengo dudas respecto a su peso y tamaño. Sólo puede interesar a aquellos fotógrafos que quieran ante todo un zoom salvaje para fotografiar eventos deportivos o animales en salidas organizadas. Creo que si la gran mayoría supieran que por dentro es igual que la pequeña X10, se lo pensarían dos veces antes de cargar con ella en sus viajes.

Pero si el tamaño no importa, y no ves más versátil una réflex con objetivos intercambiables, es la cámara que necesitas. El ultraobjetivo es una maravilla de la técnica, con piezas mecánicas que permiten un movimiento muy suave, pero nunca dará la misma calidad que un objetivo menos pretencioso en su rango focal.

Es una cámara de alta gama que asustará al aficionado de entrada, pero que estará feliz cuando le digan que parece un fotógrafo profesional. La pena es que la cámara no hace al fotógrafo, y no por tenerla más grande, será mejor.

 

 

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