A menos de una semana para el evento de presentación del iPad Mini, los artículos, elucubraciones y nuevos rumores no dejan de sucederse. Así, los analistas ya predicen que a consecuencia del lanzamiento de este nuevo iPad, las ventas del iPad de 9'7 pulgadas sufrirían un descenso.

Nada descabellado lo que dicen, asegurando que por cada cinco iPads Mini vendidos uno de sus hermanos mayores permanecerá en los almacenes de las tiendas. Aun así, esto no sería ni mucho menos una mala noticia para Apple, que en el compendio general seguiría percibiendo más beneficios al aumentar sus ventas. No será así para las apuestas de Google, Amazon o Samsung, que podrían ver como los usuarios, al encontrar ahora una alternativa de Apple en el mercado de las tablets de menor tamaño y precio, dejen a un lado la posibilidad de hacerse con sus productos.

Con un precio base que podría estar entre los 249 y 299 dólares, el iPad Mini, a través de sus distintas versiones en cuanto a capacidad, abarcaría un rango de precios que podría llegar a solaparse en algunas ocasiones con los de sus propios compañeros de barco. El precio actual del iPad 2, en su única opción de 16GB, es de 399 dólares. Si atendemos a los rumores que indican que el iPad Mini, que partirá en su versión más asequible con 8GB, cuenta con un hardware muy parecido al de la segunda generación del tablet de la compañía, ¿no sería más provechoso hacer un desembolso de 100 dólares más y poder contar con el doble de capacidad y una pantalla más grande?

Quizá estoy equivocándome y esa coexistencia es posible, pero se me antoja más que probable la desaparición del iPad 2 en favor de hacer la decisión más sencilla a los usuarios. Además, si las conjeturas en las que nos apoyamos para reflexionar son ciertas, me es imposible pasar por alto el detalle de que en la tienda de Apple convivirían un iPod touch de prestaciones fantásticas y 24GB más de capacidad y ese iPad inicial de 8GB por un precio prácticamente idéntico. Y si vamos más lejos, un iPod touch de 64GB por el mismo precio que un iPad Mini de 16GB. En mi opinión, Apple intenta dotar a este dispositivo, sin dejar atrás su esencia de reproductor y hacer sombra el iPhone, de características que lo hagan acercarse poco a poco al mercado de los videojuegos de forma mas seria. Podría estar ahí otra de las razones para diferenciarlo del nuevo iPad Mini.

Pero esta vez creo que el software tiene el papel más importante. Apple, el próximo martes 23 de octubre, tiene que ser capaz de presentar algo que nos despeje las dudas en pro de apostar por esta nueva división de la familia iPad. Está claro que la baza que jugarán gira en torno de la educación, con las más que seguras renovaciones de iBooks y iTunes U. Convencernos con esas herramientas de que una pantalla de 7'85 pulgadas es la solución perfecta para llevar su tecnología a colegios y diferentes centros de estudio es su trabajo.

Apple va camino, y esperemos que sea también así de forma más evidente en la división Mac, de intentar cubrir cada hueco en los mercados en los que está inmersa. Los competidores hasta ahora han aprovechado esas debilidades para alcanzar una respetable cuota de mercado, pero si la compañía de la manzana mordida es capaz de plantear un nuevo ecosistema donde todas las necesidades de los usuarios puedan ser cubiertas, las cosas seguirán yendo tan bien o mejor que ahora.

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