Uno de los motivos por los que cuando Apple presentó FaceTime junto con el iPhone 4 no permitió que el uso del mismo quedase limitado a redes WiFi era que la conexión 3G de AT&T (la única operadora que lo comercializaba por aquel entonces) era, y es, demasiado inestable y con demasiados problemas de cobertura para que el servicio pudiese llegar a esos niveles de calidad tan altos que la compañía siempre impone.

Cuando se presentó el nuevo iPad y su conexión LTE, una de las grandes dudas era sobre si Apple habría levantado esa restricción y bajo esta nueva conexión, que aporta un ancho de banda todavía mayor al que puede obtenerse con muchas redes WiFi, sí podríamos usar FaceTime, pero parece que no ha sido así, al intentar hacer una llamada cuando no estamos conectados a WiFi salta exactamente el mismo tipo de aviso que cuando lo hacemos ahora bajo 3G.

Es hora de preguntarse sí los verdaderos motivos de Apple para prohibirlos son el tipo de conexión, o alguno más. Es cierto que aunque LTE no ofrezca problemas en la conexión, sí que puede hacerlo en estabilidad y fiabilidad, sobre todo en movimiento, al igual que con el 3G y todavía no cubre todo el área de Estados Unidos (por no hablar de Europa), pero no me cabe tampoco la menor duda de que permitiendo su uso bajo redes móviles, algo hasta el momento limitado al jailbreak, se potenciaría su uso muchísimo. Un teléfono móvil es móvil, valga la redundancia

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