Muchos rumores han estado circulando en relación a las próximas generaciones de iPad y iPhone, dispositivos que verían la luz a lo largo de este año 2012. Dejando de lado las tan comentadas especulaciones sobre, por ejemplo, su posible pantalla de alta resolución y su tamaño, hoy les hablaré de algo que se mete en las entrañas de los dispositivos iOS. Se trata del microprocesador A6 y, más particularmente, de la arquitectura macroescalar.

En principio, de acuerdo con lo señalado por varios medios digitales, Apple ha hecho una movida de algún modo inusual para el hermetismo que la caracteriza: se ha anticipado a registrar la marca "macroescalar" (macroscalar en inglés). Básicamente, esto sugiere que la compañía con base en Cupertino, California, ha comenzado su despliegue hacia el mundo de los transistores 3D y la arquitectura macroescalar.

En la actualidad, el aumento de las frecuencias de reloj en los procesadores no se traduce en un mayor rendimiento porque la mayoría del software de consumo no está optimizado para usar la tecnología. Los procesadores macroescalares apuntan a ponerle un fin a este problema generando instrucciones secundarias contingentes durante la compilación, de modo que cuando un ciclo dependiente de datos se complete, el siguiente conjunto de instrucciones estén listas para ser ejecutadas. Paso a aclarar: un procesador macroescalar se aseguraría de que la pipeline o línea de trabajo siempre esté llena independientemente de si un ciclo continúa o termina, de manera que la eficiencia es mayor. Sería como tener una línea de ensamble siempre funcionando, con cada puesto de trabajo ocupado pero con las personas que deben continuar cada paso siempre listas para hacerlo.

Por otro lado, un procesador macroescalar también podría cargar un conjunto de instrucciones secuenciales que se ejecutarían entre los ciclos, e incluso dentro de uno de estos, por lo que la ejecución se aceleraría. Por tratarse de un procesador escalar "macro", el rumoreado chip A6 de Apple sería capaz de realizar las acciones mencionadas a gran escala. En lugar de mantener una pipeline o línea de trabajo a la vez, la arquitectura macroescalar le permitiría mantener trabajos en paralelo, cargándolos y luego cambiando entre ellos para maximizar el rendimiento de los ciclos los programas. Retomando el ejemplo de la línea de ensamble, no se trataría sólo de una sino que de varias de ellas activas, en paralelo, siempre disponibles.

Como acertadamente señala la fuente de la noticia, Apple está en una posición perfecta para introducir esta tecnología. Al controlar tanto su propio compilador (software) como el diseño de los CPUs (hardware), ésta podría ofrecer una experiencia macroescalar completa, independiente de desarrolladores de terceros y sus aplicaciones que deben ser adaptadas al nuevo hardware. Como se ejemplifica, de contar con esta tecnología, el próximo iPad o iPhone podría ser capaz de ejecutar juegos como Temple Run, Death Race, o Grand Theft Auto III de manera increíblemente veloz y fluida, sin el ocasional lag que se experimenta al cargarlo o al volver a él al cambiar entre aplicaciones. Igual de importante es otro aspecto de la arquitectura macroescalar: estos procesadores estarían diseñados para no drenar y agotar la batería ya que son capaces de una mejor administración de energía y requieren de menor potencia para su funcionamiento. En otras palabras, los beneficios son incontables y Apple podría sacarles máximo provecho en los microprocesadores de cuatro núcleos A6.

Como señalé en la introducción, Apple actualmente posee cuatro patentes relacionadas a la tecnología macroescalar, y muchos expertos en el tema considerán que ya podría estar lista para deslumbrar junto con los rumoreados iPad 3 y iPhone 5.

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