Quizás hoy sea un buen momento para volver a los orígenes, para hablar de los inicios de nuestra afición por Apple. Seguro que muchos de nuestros lectores recordarán la primera vez que entraron en contacto con un artículo de la manzana, ¿verdad que sí? En la casa de un amigo, en una tienda, en el trabajo… Más aún, tendrán vivo en su mente el momento en que compraron para sí algunos de esos gadgets de Cupertino. Si se dio el caso estoy convencido que no fue el único objeto de la marca que acabó en casa.

¿Pero por qué elegimos Apple? Volver a aquellos orígenes es un ejercicio mental saludable, porque nos permite reafirmarnos en nuestras decisiones si los motivos siguen pareciendo válidos, o en caso contrario podría motivarnos a cambiar completamente a otras plataformas, las que dejamos atrás pero han evolucionado (Windows 8 o Windows Phone) o las que han aparecido en los últimos años (Android).

En mi ejercicio personal de vuelta a los orígenes maqueros mis recuerdos están claros. El primer producto de Apple que conocí fue un Macintosh de uno de mis profesores, corría el año 1987 (yo tenía diez años) y lo mostraba a la clase lleno de orgullo. Sin embargo mi primer producto de la firma "en propiedad" fue un iPod nano de segunda generación que venía integrado en el Volkswagen Golf del trabajo, en realidad como imaginaréis el reproductor ni siquiera era mío pero me apropié de él durante los dos años que lo conduje. Su sencillez de uso y su buen diseño aumentaron mi curiosidad por una marca que hasta entonces había observado de lejos.

Si el iPod llegó a comienzos del 2007 el primer Mac llegó en el verano de ese año, un MacBook que sustituiría a mi maltrecho portátil Toshiba y que aún sigue vivo como el primer día. Tenía ganas de experimentar en la informática las mismas buenas sensaciones que me había dejado el iPod nano. Era un tiempo en que Windows parecía estancado, congelado en el tiempo, sin evolucionar y sentía que necesitaba salir de la rutina en que se había convertido manejar mi ordenador.

Entonces ¿por qué elegí Apple? Resumiendo elegí Apple por tres razones:

  • Su facilidad de uso: es abrir la caja, encender y empezar a disfrutarlo, sin períodos de aprendizaje ni métodos confusos. Utilizar un producto de la manzana suele ser bastante intuitivo y lo mismo ocurre con sus aplicaciones. iWork e iLife son máximos exponentes de interfaces simples pero potentes.
  • Su integración entre productos: Lo que hace Apple suele siempre encajar mejor con los demás productos de la misma empresa. Hoy día es aún más evidente si hablamos de iPhones, iPads, Apple TVs y Macs.
  • Su diseño: en Cupertino hacen productos bien acabados, con un aspecto atrayente que no pasa desapercibido, que te invita a usarlo, y que piensa en los detalles.

¿Siguen estando presentes estos mismos principios hoy en día? Bajo mi punto de vista sí. Tras aquel 2007 llegó el iPhone, el iPad, y muchos otros productos más de la manzana, pero con cada nuevo gadget siempre he podido percibir las mismas sensaciones, solo que se han añadido algunas razones más:

  • Movilidad: el smartphone y el tablet de la manzana han impulsado el uso de dispositivos móviles multiuso, destacando por una duración de la batería aceptable y múltiples opciones de conectividad
  • Actualizaciones que respetan a las anteriores: en especial en iOS
  • Número y calidad de aplicaciones móviles: el App Store
  • Homogeneidad de la interfaz entre productos: tanto Lion, como iOS 5 comparten elementos y son interfaces familiares.

Y parezco olvidar otro motivo que nos empuja a seguir eligiendo manzanas: el apego que se siente a unos productos que llevas usando por años. Es algo normal, creo que inherente al ser humano, al final acabamos tomando cierto cariño a las cosas que poseemos. En mi caso me ha ocurrido con los vehículos que he tenido a lo largo de mi vida, siempre que me deshacía de uno de ellos afloraba ese sentimiento del que se despide para siempre de un amigo que ha compartido buenos y malos momentos.

También me ha ocurrido con los productos que diseñan los de Cupertino, al final se les acaba teniendo cariño. El mal llamado fanboyismo no es sino una identificación con aquello que se aprecia. Solo espero que en dos o tres años pueda volver a plantearme estas cuestiones sobre por qué elegir Apple y los mismos principios mencionados aquí sigan siendo válidos... junto a algunos más. Sea como sea, ¡fue un placer compartir este proceso con todos ustedes!

Imagen destacada: Teinteresa.es | Imagen: Roberto Suares

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