El disco duro es uno de los componentes del ordenador que más nos puede ayudar en la mejora del rendimiento del sistema. A menudo, solemos ampliar la memoria RAM o elegir un MacBook con mayor procesador, pero hay una forma más fácil de mejorar nuestro portátil Apple: las unidades de estado sólido (SSD).

Este tipo de dispositivos de almacenamiento es el que se usa en el MacBook Air, y como podréis apreciar en estos, la velocidad general de la máquina es superior a la media. Uno de los principales problemas que muchos le vemos a estas unidades es el tamaño, ya que la memoria SSD es aún bastante cara en comparación con un HDD de toda la vida.

La cuestión es cómo aprovechar las ventajas de estas unidades SSD en nuestros portátiles Apple sin sacrificar capacidad y sin dejarnos mucho dinero en el proceso. La respuesta más sencilla es cambiar la unidad óptica por un SSD. De esta forma podemos comprar a buen precio una de estas unidades con 60 GB, por ejemplo, para el sistema y las aplicaciones, y usar nuestro disco duro para los datos.

Ventajas

  • Mucha mayor velocidad de acceso, tanto en escritura como en lectura
  • Arranque del sistema más rápido
  • El nivel de ruido desciende brutalmente, prácticamente tiende a cero
  • Se calientan mucho menos
  • Más resistente a vibraciones y movimientos, lo que nos da más seguridad
  • Tiempos de búsqueda constantes (aunque puede depender del modelo)

Inconvenientes

  • Precio: este tipo de unidades de almacenamiento son mucho más caras que los discos duros tradicionales
  • Capacidad: directamente relacionada con el factor anterior. El precio se dispara en mayor proporción que en un HDD según aumenta el tamaño
  • Vida útil: el número de ciclos de lectura/escritura es menor que el de un HDD

¿Me cambio a un SSD + HDD?

Lo primero que deberíais hacer es analizar si necesitáis una unidad de estado sólido. Todo lo que vamos a ver a continuación se basa en mi experiencia propia con un MacBook Pro Intel Core 2 Duo, así que vamos a ver algunos de los factores que influyen.

Lo principal es estar seguros de que necesitamos un aumento de velocidad en el portátil, ya que vamos a tener que invertir algo de dinero en el proceso. Otra cuestión es el uso de la unidad óptica (Superdrive o Combo). Si podemos prescindir de ella, perfecto.

Aun así, hay formas de usar la unidad óptica mediante USB una vez la hayamos reemplazado por la unidad SSD. En distintos comercios online encontraremos carcasas externas que nos permitirán alojar la Superdrive/Combo Drive y conectarla mediante USB. En eBay las tenéis por menos de 20 euros.

MacBook-Superdrive-USB-Enclosure

Manos a la obra

Una vez decididos a poner un SSD en nuestra vida tenemos que averiguar lo siguiente:

Interfaz del disco duro original Dependiendo del modelo de MacBook (o MacBook Pro) que tengamos puede ser:

SATA I: velocidad de 1.5 Gbps SATA II: velocidad de 3 Gbps * SATA III: velocidad de 6 Gbps

Esto es realmente importante porque no nos sirve de nada comprar una unidad SSD con interfaz SATA III si nuestro ordenador sólo puede trabajar con SATA I. Aunque son compatibles entre sí, montar un disco duro SATA III en un ordenador con SATA I puede ser una tontería, ya que funcionará a la velocidad del bus, es decir a 1.5 Gbps.

Eso sí, si tenemos pensado cambiar a un ordenador más moderno en un tiempo, igual nos merece la pena comprar ya de una vez uno “bueno” para más adelante. En mi caso, compré un SSD con SATA II, ya que mi MacBook Pro trabaja con SATA I.

Esto es también cuestión de precios y disponibilidad. Yo compré un OCZ Vertex Plus de 60 GB (SATA II). Un disco más rápido no me servía de mucho, ya que no pienso cambiar en un tiempo de ordenador, además del precio. Mi objetivo era gastar lo menos posible, con lo que los 60 euros de este SSD me parecieron buena razón para comprarlo.

Eso sí, si ahora tuviese que comprar uno, iría de cabeza a por un Crucial M4. Más rápidos y con mejor rendimiento. Podéis encontrar el modelo de 60 GB sobre unos 80 euros y el de 128 GB sobre 150 euros. Otro aspecto a tener en cuenta es que se recomienda que la unidad integre el controlador Sandforce.

crucial-m4

Cómo reemplazar la unidad óptica

Tenemos ya el SSD, pero nos falta comprar un adaptador que nos permita montarlo en lugar de la Superdrive. Optibay fue de las primeras marcas en ofrecer una solución completa, SSD más bahía, pero la verdad es que hay opciones más baratas.

En eBay USA podréis encontrar bahías para montar el disco duro o el SSD por precios que rondan los 15 euros. Ojo, el tipo de bahía es muy importante. Tenéis que averiguar que interfaz usa vuestra unidad óptica.

Mi MacBook Pro (Late 2006) usa PATA (Parallel ATA), con lo que busqué una bahía que tuviese conexión PATA, para conectarla a la placa base del ordenador, y conexión SATA para conectar el disco duro.

En mi caso conecté el disco duro original dentro de la bahía, ya que es una tontería tener un SSD montado en lugar de la Superdrive cuando esta tiene conexión PATA (mucho más lenta que SATA), quedando la cosa tal que así:

macbook-ssd-marcefx

Los portátiles Apple más modernos ya incorporan SATA para la unidad óptica, con lo que en ese caso podréis montar la unidad SSD en uno u otro indiferentemente.

Resumen

Al final, todo esto se resume en cuatro sencillos pasos:

  1. Quiero un mayor rendimiento en mi MacBook
  2. Compro una unidad de estado sólido SSD (según necesidades y presupuesto)
  3. Compro una bahía para sustituir la unidad óptica (ojo al tipo de interfaz)
  4. Sigo una de las fantásticas guías de iFixit para realizar el montaje

Como ya os comentaba, todo esto se basa en una experiencia personal. Tras cuatro meses de uso intensivo del ordenador no puedo hacer más que animaros a realizar el proceso. En mi caso la inversión total fue de unos 75 euros, dinero que tengo más que recuperado con el ahorro de tiempo que el sistema me ha proporcionado.

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