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El fabricante más importante de procesadores para ordenadores personales — con permiso de AMD — ha llegado a un acuerdo con la compañía Total Inmersion, para introducir chips de realidad aumentada en sus nuevos chipsets. Para el que todavía no conozca esta tecnología, la realidad aumentada utiliza imágenes reales del entorno para que el usuario trabaje con él de forma interactiva, ya sea con formas, o información virtual superpuesta en la pantalla, y se ha puesto de moda en los últimos dos o tres años debido al boom de los smartphones de gran pantalla y sistemas operativos avanzados (Android, iOS, BB OS o WP7) Total Inmersion, que también trabaja en una solución de este tipo para Texas Instruments y sus SoC basados en ARM, confirmaba esta noticia durante una cumbre periodística en Londres a través de su jefe de Marketing Antoine Brachet, que decía, oficialmente o sin el conocimiento de Intel, que están trabajando con ellos en una nueva línea de chipsets para ordenadores personales. Brachet hacía las siguientes declaraciones:

Lo que estamos haciendo con intel es trabajar en su chipset... de modo que dentro del chipset podremos incluir algunas funciones de realidad aumentada, como reconocimiento de gestos, que pueden ser transmitidos de software a hardware

Aunque este tipo de realidad aumentada ya se puede encontrar ahora mismo en muchos dispositivos, y en teoría puede ser también aplicada en ordenadores personales, los procesos requeridos para hacer funcionar estos sistemas requieren parte de los ciclos de reloj de la CPU, quitando rendimiento total a la máquina, algo que ya le sucedió a Microsoft con su Kinect, que requiere parte del poder de procesamiento de la CPU Xenon de IBM para interpretar las capturas de las cámaras infrarroja y RGB del dispositivo. Un chip dedicado para esta tarea ofrecería una nueva manera de interactuar con los ordenadores sin afectar negativamente al rendimiento de la máquina, dando una mayor ventaja a las configuraciones de Intel sobre las de la competencia, ofreciendo posibilidades que hasta ahora eran desconocidas, como —dejando volar la imaginación— el desbloqueo de nuestro equipo trazando un patrón invisible en el aire con nuestras manos. Del mismo modo, esto significaría una integración nativa de esta nueva interfaz, sin la necesidad de utilizar software de terceros, lo que ayudaría a la rápida implantación de la tecnología.

Intel invirtió en la compañía Total Inmersion en el mes de Marzo, convencida de la importancia del sector de la realidad aumentada en los compatibles, y parece que su apuesta es fuerte y puede tener rédito con su próxima generación de CPUs o chipsets, si finalmente la tecnología es integrada y puesta en buen uso. Según Total Inmersion, todavía quedan un par de años para que estos chips de realidad aumentada se integren de manera efectiva en alguna línea de producto de Intel, con lo que es muy poco probable que Ivy Bridge sea la primera serie de CPUs con esta capacidad. Quizás ya es el momento de que esta tecnología se expanda al mercado de los ordenadores personales, aunque todavía está por ver si algo así es aceptado, o se queda en una mera maniobra de marketing sin usos realmente útiles.

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