En las últimas semanas, toda la cúpula de Nintendo ha saltado a la palestra para referirse al sistema de juego online que implementará la próxima consola de sobremesa de la compañía. Wii U promete arreglar los errores del pasado, reconciliarse con una audiencia que aún no termina de comprender cómo pudieron engendrarse los códigos de amigo, por ejemplo.

Pongamos al día a los rezagados. La llegada de los primeros juegos con modalidad multijugador online en el seno de Nintendo se remonta a su Dual Screen (Gamecube lo intentó, pero fue algo de lo más anecdótico). Cada juego conectaba a una Nintendo WiFi Connection donde había que hacer uso de un código personal e intransferible.

Estos códigos de amigo, largos y farragosos, debían ser intercambiados con los colegas en pos de jugar a distancia. No importaba, en el caso de Wii, que ya tuviésemos a ese amigo inscrito en la agenda de la máquina (que también contaba con su propio código). Por otra parte, si queríamos jugar con gente ajena a nuestro círculo social, podíamos, pero la interacción con ellos era prácticamente nula, sin opción alguna de agregarlos a la red.

Decían en Nintendo que tenían que proteger a sus retoños de los pederastas... pero para eso estaba ya su sistema de control parental, para que los más creciditos pudiésemos disfrutar de un juego online aperturista.

Con Nintendo 3DS la cosa ha mejorado algo, pues ya tan sólo contamos con un código por consola, válido para todos los juegos, aún así las opciones son tremendamente limitadas, sin que podamos comunicarnos con nuestros amigos, por ejemplo. Dicho de otro modo, no nos sentimos parte de una comunidad real a gran escala, como si ocurre con PlayStation Network y Xbox Live.

Así pues ¿qué ha de tener la plataforma online de Wii U para que sea realmente flexible y robusta, como dice Reggie Fils-Aime? En primer lugar ha de ser un sistema abierto, donde agregar a cuanta gente se quiera y de la forma más simple posible. ¿Qué mínimo que un nombre de usuario, por favor?

Queremos poder jugar las veces que queramos con ese crack del Mario Kart que encontramos ayer en una partida aleatoria, poder hablar con él por videochat fuera de la partida y enviarle mensajes escritos si se tercia.

No estaría mal a este respecto un listado de toda la gente con la que hemos jugado (independientemente de que sean nuestros amigos o no) en las últimas horas.

Si luego quiere dársele privilegios comunicativos a los contactos que formen parte de nuestra agenda, genial, pero nada de limitaciones.

También sería preferible que todas las funcionalidades se integrasen de forma natural, ésto es, que para acceder a nuestros amigos o revisar los últimos títulos descargables desde la Virtual Console, no haya que abandonar la interfaz principal a través de canales que cargan contenidos a la velocidad del caracol.

Queremos en definitiva un todo accesible a todos, donde seamos nosotros quienes pongamos los límites y no que éstos vengan impuestos de fábrica.

Sobre el rendimiento del juego online, lo obvio, una solución que evite el lag en la medida de lo posible. A buen seguro muchos nintenderos no dudarían en pagar una cuota anual si la compañía materializase estas propuestas. Sin embargo, echando un vistazo a DS y Wii, la gratuidad del servicio parece garantizada, pues los de Kyoto no son amigos de compromisos monetarios a largo plazo.

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